Berlín, Alemania.- En una sala pequeña en un centro cívico del barrio de Kreuzberg de Berlín, el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ofreció una rueda de prensa ante un centenar de periodistas alemanes y españoles, la primera después de ser liberado.
Berlín será a partir de ahora el nuevo domicilio de Puigdemont hasta que la audiencia territorial de Schleswig decida si extreditarlo o no por malversación de fondos. “Es una de las ciudades más interesantes de Europa”, comentó.
En catalán, castellano e inglés, Puigdemont pidió que el gobierno español respete el resultado de las elecciones al Parlamento de Cataluña, celebradas el 21 de diciembre pasado.
En concreto, pidió que permita investir a Jordi Sánchez (partido Junts per Cataluña) como presidente ahora que el Comité de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas emitió una resolución a su favor.
Sánchez está encarcelado en España acusado de organizar manifestaciones violentas previas a la celebración del referéndum sobre la independencia del 1 de octubre pasado.
“La resolución de las Naciones Unidas brinda la oportunidad a encontrar una solución política”, explicó Puigdemont. Los partidos independentistas Junts per Catalunya, Esquerra Republicana (ERC) y la CUP tienen la mayoría de escaños en el parlamento catalán.
Igual que hizo el viernes delante de la prisión de Neumünster, el expresidente pidió la liberación de los nueve políticos que siguen presos en España. Lo ha descrito de sufrimiento injusto, tanto para los presos como para sus familias, que deben recorrer 600 kilómetros de ida y de vuelta para visitarlos. “El Estado ha intentado subvertir en despachos y prisiones lo que no ha conseguido a las urnas”, dijo.
Una vez más, Puigdemont solicitó la mediación internacional en caso que el conflicto catalán no pueda resolverse a nivel español. “Éste es un conflicto político que lo requiere”, anotó.
Los medios de prensa le cuestionaron si la independencia es la única propuesta de los tres partidos que tienen la mayoría en el parlamento catalán, y el ex presidente catalán dijo no.
“Cuando he hecho apelaciones al diálogo, he puesto como condición que no hubiera condiciones. Esto siempre lo he defendido. Si uno accede a una posición de diálogo, uno debe estar dispuesto a aceptar que la posición propia se puede modificar”, señaló.
Ha remarcado, de todas formas, que dos millones de catalanes votaron en referéndum y en las elecciones de diciembre que quieren una Cataluña fuera de España.
“La independencia no es la unica solución posible. Es nuestra propuesta después de varios intentos de probarlo todo. ¿España tiene un proyecto para Cataluña? Nos gustaría verlo y discutirlo. ¿Tienen algo con qué resolver la situación o sólo más de lo mismo, que no funciona?”, preguntó retóricamente.
También ha denunciado que las instituciones catalanas viven una situación de intervención intolerable desde la aplicación el 27 de octubre pasado del artículo 155.
“No podemos desarrollar la voluntad de nuestros electores por la interferencia permanente del gobierno español. El último candidato que propusieron, Jordi Turull (Junts per Catalunya), fue arrestado también. España no reconoce el derecho a la participación”, agregó.
“No he querido comentar el estado del proceso judicial por malversación de fondos, pero he insistido en que no hubo violencia, con lo cual, el delito de rebelión no era imputable. Sería surrealista que las autoridades persistieran en perseguir a mis compañeros por un delito que no existe. Rebelión exige el uso de la violencia y todos sabemos que la única violencia que hubo el 1 de octubre fue la de la policia española contra gente que quería expresarse votando”, consideró.
“Yo continúo en el exilio. En Alemania es donde estaré hasta que termine el proceso”, afirmó Puigdemont, quien puede salir de este país, pero no regresar a Cataluña. Quiere regresar a Bélgica, donde tiene su domicilio provisional en Waterloo y también está el resto de consejeros catalanes en el exilio.
“Creo en la democracia europea y respetaré las decisiones que se tomen en cada país. Creo en la declaración internacional de los derechos humanos y en la Carta de las Naciones Unidas”, puntualizó