A pesar de los decomisos, la venta de pirotecnia en mercados de Morelia continúa; Prender cuetes sigue siendo una arraigada costumbre en la cultura mexicana, asociada a la alegría de las fiestas
En el mercado Independencia de Morelia, la venta de pirotecnia sigue a la vista de todos, a pesar de los decomisos que presume la autoridad municipal, la necesidad de los comerciantes por acceder a un ingreso y la demanda de quienes los utilizan, se vuelven un binomio peligroso.
Contramuro constató que decenas de puestos ofertan cuetitos, luces de bengala y otros artefactos que, aunque forman parte de las tradiciones navideñas y de Año Nuevo, representan un riesgo considerable para la seguridad de las familias.
La escena es inconfundible: pilas de cajas repletas de “cuetitos” y globos de cantoya son ofrecidas sin reparo en espacios concurridos, donde niños y adultos se detienen a comprar.
Mientras tanto, la Coordinación de Protección Civil de Michoacán reporta operativos de decomiso en diversos puntos de la ciudad, aunque en la práctica el comercio de estos artículos parece incontrolable.
La pirotecnia no es un juguete
Expertos en seguridad advierten que el uso de pirotecnia puede provocar desde quemaduras leves hasta amputaciones, incendios y, en casos extremos, la pérdida de vidas humanas.
En años recientes, accidentes relacionados con cuetes han dejado decenas de personas lesionadas en Michoacán, especialmente durante las celebraciones decembrinas.
La pirotecnia no es un juguete, es un explosivo que puede causar tragedias irreparables. La educación y la regulación son claves para reducir los riesgos, opinan expertos.
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A pesar de los esfuerzos oficiales, llama la atención la omisión de la autoridad para regular la venta de estos artículos que se suponen prohibidos.
📸 Contramuro/Dalia Villegas Moreno.
Y es que, prender cuetes sigue siendo una arraigada costumbre en la cultura mexicana, asociada a la alegría de las fiestas.
Críticos señalan que esta tradición debe adaptarse a los tiempos actuales, priorizar la seguridad y la conciencia social, especialmente en una ciudad como Morelia, donde los accidentes por pirotecnia han sido recurrentes.