Explorando la persecución de Falun Gong, un movimiento espiritual enfrentado por el gobierno chino.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es un movimiento espiritual que se originó en 1992 en China por Li Hongzhi; Se fundamenta en los principios de verdad, compasión y tolerancia, y combina técnicas de meditación con un énfasis en la mejora moral y espiritual.
Inspirado en prácticas ancestrales de qigong, Falun Gong ganó rápidamente millones de seguidores en los años noventa, convirtiéndose en una de las prácticas más seguidas en el país.
Li Hongzhi promovió Falun Gong a través de conferencias en toda China, enfatizando que la práctica no solo promueve la salud física, sino también el carácter moral. Sus escritos, como ‘Zhuan Falun’, detallan cómo los adherentes pueden lograr la iluminación al renunciar a los apegos materiales y aceptar el sufrimiento como una forma de purificación.
No obstante, ciertos aspectos de sus enseñanzas, como la superación de enfermedades sin intervención médica a través de la práctica espiritual, han sido objeto de críticas.
Persecución del movimiento espiritual Falun Gong
El rápido crecimiento de Falun Gong causó alarma en el gobierno chino, especialmente tras una gran manifestación pacífica de más de 10,000 seguidores frente a los líderes del Partido Comunista en Pekín en abril de 1999, percibida como una amenaza a la autoridad estatal.
En julio de 1999, el gobierno prohibió el movimiento, etiquetándolo como ‘secta maligna’ y comenzó una severa campaña de represión.
Desde entonces, numerosos seguidores han sido detenidos, enviados a campos de trabajo y sometidos a reeducación forzosa.
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Organizaciones internacionales de derechos humanos han denunciado actos de tortura, desapariciones forzadas y, en casos extremos, extracción de órganos.
El gobierno chino rechaza estas acusaciones, aunque ha admitido el uso de órganos de prisioneros ejecutados para trasplantes, una práctica que asegura haber terminado en 2015.
A pesar de la persecución, Falun Gong ha prosperado internacionalmente, con presencia en más de 100 países.
Expandiendo su influencia cultural
Fuera de China, el movimiento ha expandido su influencia cultural, especialmente a través de Shen Yun, un espectáculo de danza y música que promueve valores tradicionales chinos relacionados con sus enseñanzas.
En Estados Unidos, el Departamento de Estado ha condenado a un ciudadano chino por intentar silenciar al Falun Gong mediante sobornos.
Sin embargo, Falun Gong sigue siendo objeto de controversia. Críticos apuntan a elementos apocalípticos en las enseñanzas de Li Hongzhi, quien afirma que su práctica puede salvar a las personas en el ‘fin de los tiempos’.
Además, exmiembros han expresado preocupaciones sobre manipulación emocional dentro del grupo.
El caso de Falun Gong continúa siendo un tema delicado y polarizador, con voces defensoras que denuncian abusos sistemáticos en China, mientras que el gobierno chino y otros sectores rechazan las acusaciones, manteniendo la controversia viva en torno a este movimiento espiritual.