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Ciudad de México.- La Liga MX quedó suspendida de manera oficial hasta nuevo aviso tras la negativa de los árbitros de querer dirigir este fin de semana al promulgarse en contra de los directivos, por los tibios castigos a los agresores de los nazarenos, Pablo Aguilar, de América y Enrique Triverio, del Toluca, lo cual, la pérdida de dinero será un factor que pegará fuerte en este fin de semana.

Los ingresos en cada fin de semana son una fuerte entrada económica para los equipos y la Liga, tanto en entradas como venta de cerveza.

Según cifras de los diarios El Financiero y El Economista, partidos como Tigres contra Chivas, Santos contra Monterrey, así como Pachuca contra Morelia y Querétaro Tijuana pueden dejar una derrama económica de hasta 200 mdp, según cálculos realizados con cifras que los clubes han aportado en anteriores encuentros.

Tan sólo por la venta de cerveza, una jornada de futbol mexicano deja ganancias de entre 10 y 12 millones de pesos en los estadios mexicanos, según una perspectiva basada en cifras de las cerveceras Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma. Al año, este monto asciende a los 414 millones de pesos.

Esto sin contar las afectaciones que podrían tener las seis televisoras (Televisa, TV Azteca e Imagen en la abierta, así como Fox Sports, ESPN y Claro Sports en la privada) que transmiten los partidos en el país.

En las transmisiones de futbol hay publicidad de diversas empresas de todo tipo, que a través de la pantalla promocionan sus productos a través de los anuncios comerciales que están etiquetados por las televisoras con los precios más altos, debido a la gran audiencia de aficionados por partido, por lo que aquí las pérdidas son también mayúsculas.

Los derechos de transmisión que pagan las televisoras a los clubes se han disparado hasta cinco veces en los últimos años, tras la incursión de Carlos Slim con los equipos León y Pachuca, que forman parte del mismo grupo empresarial.

Además está el gasto de la logística que hicieron los equipos que les tocaba jugar en calidad de visitantes, pues malgastaron en el viaje de avión, hospedaje y alimentación, dinero que nadie les devolverá.