Los integrantes de la Permanente exhortaron al Congreso local a dar marcha atrás en la “sucia maniobra” —así la llamó Cuauhtémoc Cárdenas— aprobada por diputados sin escrúpulos de Morena, PAN y PRI
Hoy empezaremos con una buena. El espíritu maderista prevaleció en el Congreso de la Unión. Los ocho grupos parlamentarios representados en la Comisión Permanente —Morena incluido— les dieron un buen palo a las vulgares ambiciones del gobernador electo de Baja California, Jaime Bonilla.
En un punto de acuerdo aprobado por unanimidad, los integrantes de la Permanente se pronunciaron en contra de la reforma aprobada por el Congreso local para prolongar su mandato de dos a cinco años.
Los diputados de BC lo hicieron después de que los electores votaron por un mandato de dos años.
Los integrantes de la Permanente exhortaron al Congreso local a dar marcha atrás en la “sucia maniobra” —así la llamó Cuauhtémoc Cárdenas— aprobada por diputados sin escrúpulos de Morena, PAN y PRI, después de la elección.
Esos diputados hoy son exhibidos como mercenarios en espectaculares colocados en calles de las ciudades de BC y están amenazados de expulsión en sus propios partidos nacionales.
Es en el decreto 112 de Reforma al Artículo Ocho de la Constitución de BC que se apoya la prolongación de mandato.
Según el punto de acuerdo de la Comisión Permanente, esa reforma transgrede, entre otras cosas, los principios constitucionales de certeza electoral, no retroactividad de las leyes y no reelección.
Las morenistas Tatiana Clouthier y Lorena Villavicencio, el panista Damián Zepeda, la emecista Martha Tagle, y la perredista Verónica Juárez promovieron el acuerdo que firmaron todas las bancadas en la Permanente.
La maniobra y el silencio de Palacio Nacional levantaron sospechas sobre el fondo del asunto. Algunos vieron un balón de ensayo para la elección presidencial de 2024.
Pero ayer, al posicionar a Morena sobre el tema, el diputado Raúl Bonifaz pidió no caer en confusiones. “En este tema nadie metió las manos más que las autoridades locales. No enviemos falsos mensajes”, pidió.
* Ivonne Ortega, Lorena Piñón y Alejandro Moreno se dieron con todo en el primer debate entre candidatos a la Presidencia Nacional del PRI.
Nada nuevo en los discursos. Los tres hablaron a nombre de la militancia. Los tres prometieron democratizar la elección de candidatos y de dirigentes del partido. Los tres se presentaron como la opción para recuperar la credibilidad ante la sociedad.
Salieron a relucir vicios del viejo partidazo, a juzgar por las acusaciones que hizo la yucateca Ortega. Dice que tiene pruebas de que Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, opera a favor de su tocayo Alito, a quien todo el tiempo llamó “el candidato de la cúpula”.
Anunció también que presentaría videos y documentos de sus señalamientos ante las instancias correspondientes del PRI.
Ante los reproches que le hizo Alito de que abandonó a José Antonio Meade los últimos cuatro meses de campaña y se trasladó a Londres, aclaró que se fue a la Complutense, que está en Madrid, y que fueron sólo tres semanas.
“No estuve con Meade, porque el grupo que estaba con él me lo pidió, pero sí estaba mi equipo”, aseguró.
Desde su primera intervención, Alito se deslindó de Amlito. Es decir, de la versión que lo coloca como el candidato de AMLO.
“Morena es ave de paso. Su gobierno no tiene brújula. Es incapaz”, dijo el de Campeche. A Lorena no le hizo caso. Se fue contra Ivonne, a quien ve como su más fuerte adversaria. “Ante la falta de propuestas, el ataque. ¡Así no, Ivonne!”, reclamó.
Piñón, la más joven, dejó escapar sus verdaderos sentimientos. “El PRI ha sido cooptado por un grupo de facinerosos que no le han dado resultados a los militantes de a pie. Hay que darle una fumigada a la casa”, sugirió.
La mesa parece estar puesta para Moreno, pero Ivonne preocupa. Trae territorio. A la aguerrida Piñón le va a servir la experiencia para posicionarse de cara al futuro, si el PRI supera la gran crisis.