Descubre el origen del conejo de Pascua y los huevos, cuya historia es más antigua que la Semana Santa, simbolizando vida y renacimiento.
Morelia, Michoacán.-La historia del conejo de Pascua y los huevos decorados, tienen un origen que se remontan a tiempos ancestrales, mucho antes de la Semana Santa.
Conejo de Pascua, tradiciones paganas y la diosa de la primavera
- En las antiguas culturas europeas, especialmente entre los pueblos germánicos, el conejo simbolizaba la fertilidad y estaba vinculado a la diosa Eostre u Ostara, la divinidad de la primavera y el renacimiento.
- Durante las festividades primaverales, se celebraba la llegada de nueva vida y abundancia, y el conejo, por su gran capacidad reproductiva, se convirtió en un símbolo de estos festejos.
El huevo: símbolo universal de vida
- Los huevos han sido emblemas de vida, fertilidad y renacimiento en civilizaciones como la egipcia, hindú y griega.
- Decorar y regalar huevos en primavera era una costumbre para celebrar el fin del invierno y el retorno de la abundancia.

La adaptación cristiana
- Con la llegada del cristianismo, estas tradiciones se integraron a la Pascua, que celebra la resurrección de Jesucristo.
- Durante la Edad Media, la Iglesia prohibía el consumo de huevos en Cuaresma, por lo que se almacenaban y al finalizar el ayuno, se decoraban y regalaban como símbolo de nueva vida.
- El conejo de Pascua, tal como lo conocemos hoy, apareció en Alemania en el siglo XVIII, donde la leyenda del “Osterhase” o liebre ponedora de huevos se popularizó y fue llevada por inmigrantes a Estados Unidos, expandiéndose luego por todo el mundo.
La transformación en tradición moderna
- A partir del siglo XIX, los huevos comenzaron a elaborarse en chocolate, convirtiéndose en el dulce predilecto de la Pascua, junto con los conejitos de chocolate.
- Actualmente, la búsqueda de huevos y la figura del conejo de Pascua son parte de la celebración familiar, manteniendo vivo el simbolismo de renovación y esperanza.
El origen del conejo de Pascua y los huevos de Pascua une leyendas ancestrales, creencias paganas y tradiciones cristianas.
Más allá de los dulces y la diversión, estos símbolos celebran la vida, la fertilidad y el renacimiento, recordándonos que cada Pascua es una oportunidad de comenzar de nuevo.