Maquillarse, depilarse o usar tacones por obligación, sería violencia estética en el estado de Michoacán
Morelia, Michoacán.- Maquillarse, depilarse o usar tacones por obligación, en Michoacán podría considerarse violencia estética contra las mujeres, esto en caso de que el Congreso del Estado de luz verde a la iniciativa que impulsan un grupo de legisladores para reformar la Ley por una Vida Libre de Violencia para las Mujeres en el Estado.
También se busca que la ley contemple como violencia estética el organizar concursos, certámenes, elecciones, competencias y cualquier otro tipo de eventos que promuevan estereotipos de género y que evalúen de forma integral o parcial la apariencia física de mujeres, niñas y adolescentes.
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La iniciativa arribará el miércoles al Pleno del Congreso para de ahí pasar a comisiones y ser dictaminada. Sus promoventes son Mayela Salas, Samanta Flores, Belinda Hurtado, Mónica Valdez, Ernesto Núñez, Andrea Villanueva y Víctor Zurita.
El planteamiento incorpora a la referida Ley el concepto de “violencia estética” como cualquier acción u omisión, conjunto de prácticas, discursos, representaciones, que se ejercen en contra de una mujer con base en estereotipos de género y cánones de belleza, que pueden tener como resultado una presión perjudicial que dañe su integridad física y psicológica.
Así, en el articulado se incorporaría el artículo 13 bis, en donde se desarrolla a mayor profundidad el asunto.
De entrada se establecen como conducta de violencia estética el ejercer presión, intimidar o amenazar a una mujer para realizar un cambio físico, con el objetivo de cumplir con modelos, estereotipos o patrones de belleza, o bien el Forzar a un cirujano o cirujana para intervenir el cuerpo de una mujer en un procedimiento no solicitado por la paciente.
Otra conducta es exigir que la niña, adolescente o mujer, utilice productos de maquillaje, tacones, vestimenta, se depile y otras acciones asociadas con productos o actos de belleza.
Promover la transformación del cuerpo de las mujeres, mediante la descalificación o críticas a su imagen y apariencia física; humillar a una mujer por su apariencia física; así como realizar procedimientos estéticos sin el consentimiento de la mujer, también se incorporarían a las conductas de violencia estética.
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A lo anterior se sumaría el promocionar o difundir masivamente cuerpos perfectos, idílicos, ficticios, irreales, concebidos como el deber ser o patrón a seguir, o en las que las particularidades físicas de las mujeres son denominadas como imperfecciones; publicitar propuestas de feminidad eminentemente unitario y prejuicioso alejado de las realidades e identidades diversas de las mujeres; y diseñar y difundir materiales estéticos que provoquen daños a la salud, integridad corporal y vida de las mujeres.
Asimismo se buscan incorporar otras conductas como el introducir al cuerpo de las mujeres sustancias no permitidas o prohibidas por el incumplimiento en la normativa de salud; no brindar información detallada en la que se advierta de los riesgos asociados a la realización de cualquier procedimiento, ya sea quirúrgicos o estéticos, dirigidos a su imagen física, entre otras.