Explorando la creciente tasa de obesidad en México y sus desafíos en salud pública.
Ciudad de México.-En el marco del Día Mundial de la Alimentación, celebrado cada 16 de octubre, es una iniciativa de la FAO que este año promueve el lema Derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejores”, subrayando la alimentación como una de las necesidades más fundamentales del ser humano, por ello, también se concientiza sobre la obesidad, uno de los grandes desafíos en México.
Según el informe más reciente de la FAO, aproximadamente 2,800 millones de personas globalmente no tienen acceso a una dieta saludable, lo que ha llevado a un incremento en problemas como la desnutrición, la obesidad y la falta de micronutrientes.
La OMS recomienda una dieta que incluya cereales integrales, verduras, frutas, legumbres y nueces, y que sea baja en sal, azúcares libres y grasas, especialmente saturadas y trans, para una nutrición adecuada y una buena salud.
En México, la dieta tradicional, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, incluye ingredientes ancestrales como frijol, chile y calabaza, y un consumo significativo de productos derivados del maíz.
Sin embargo, México enfrenta grandes retos en salud pública debido a cambios en los hábitos alimenticios y un aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados.
El Instituto Nacional de Salud Pública indica que el 36.9% de los adultos en México tienen obesidad, cifra que podría aumentar al 45% para 2030.
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En 2016, se declaró una emergencia sanitaria debido a la obesidad, vinculada a enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión.
Recientemente, se han implementado políticas como el etiquetado frontal en productos procesados para informar sobre sodio, grasas, azúcares y calorías, y el gobierno sugiere adoptar hábitos como beber agua y hacer ejercicio diario para mejorar la salud de la población.