En los últimos años, los hábitos alimenticios han cambiado drásticamente en todo el mundo, y en consecuencia, también los índices de obesidad han ido en aumento.
¿Eres de los que desayunan zucaritas y comen siempre con refresco? Entonces, probablemente seas parte de las estadísticas de malnutrición. En los últimos años, los hábitos alimenticios han cambiado drásticamente en todo el mundo, y con ello, también los índices de obesidad han ido en aumento.
Hace veinte años, el problema más grande de la malnutrición infantil era la hambruna. Y aunque este todavía sigue siendo un asunto importante, se observa una tendencia en todo el mundo: mientras la cifra de niños desnutridos disminuye, la de niños con obesidad aumenta.
Actualmente, la obesidad es considerada una epidemia global. Esto quiere decir que es una enfermedad que se ha extendido en todo el mundo, incluso en países que antes luchaban por acabar con el hambre. ¿Te imaginas por qué ha ocurrido este cambio?
La respuesta no incluye un solo factor, sino muchos. Entre ellos se encuentra la multiplicación de supermercados en todas las ciudades y países, donde es mucho más fácil encontrar alimentos procesados y enlatados. Esto va de la mano con los cambios en el ritmo de vida de las personas adultas, que debido a sus empleos, tienen cada vez menos tiempo para cocinar o comer en casa, así como para hacer actividad física. Por ejemplo, ¿tú compartes la hora de la comida con tus papás?
Pero esto no es todo. También se atribuye este problema a las cadenas de comida rápida que están por todos lados y a la gran cantidad de productos chatarra a nuestro alcance. Estas opciones de alimentación se vuelven muy atractivas para una persona con poco tiempo y que debe comer en la calle.
¿Se puede hacer algo para frenar este problema de obesidad en aumento?
En algunos países han impuesto leyes para evitar esta forma de alimentación poco saludable. En Chile se reguló el uso de etiquetas nutricionales honestas, fáciles de leer y comprensibles. ¿Alguna vez has intentado leer la etiqueta de uno de los alimentos que compras?, si lo has hecho, seguramente has notado que además de tener una letra sumamente chiquita, es difícil de comprender qué significa: colesterol 10mg a 3%. ¿Eso es demasiado, poco o normal?
En otros países, se ha optado por cobrar un impuesto para estos alimentos no saludables. Tal es el caso de México, que en 2015 aumentó un impuesto para refrescos. Esto ha reducido la ingesta de estas bebidas azucaradas en un 9.7% en 2016. Pero, ¿esta será la verdadera solución?
E incluso, en otros lugares como en Japón, se ha decidido prohibir la venta de estos alimentos ultracalóricos y azucarados en las escuelas; así como su publicidad. En Chile están prohibidos los alimentos que utilizan juguetes para incentivar a los niños a consumirlos. Seguramente recordaste el huevito de chocolate o la cajita sorpresa.
La verdadera solución consiste en elegir alimentos frescos y naturales; antes que procesados. Esta es la receta del único país que no ha tenido incremento de obesidad en los últimos años: Japón. La dieta japonesa se basa principalmente en productos bajos en grasa, ingredientes frescos y mucho pescado. También influye en su alimentación el uso de los palillos para comer, ya que comen más despacio y, entonces, quedan satisfecho antes.
Así que, tal vez sea momento de exigir a tus papás más alimentos frescos y preparados en casa, a cambio de salud y más energía. ¿Dejarías tus papitas y chocolates por un plato con verduras?
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