“El gobierno ya no tiene fuerza para infundir miedo”, manifestó el presidente editor de El Nacional, Miguel Henrique Otero, en respuesta al ataque perpetrado ayer en la madrugada contra la sede del diario.
El oficial de seguridad Roberto Godoy Según informó que aproximadamente a la 1:00 am se acercó al edificio un grupo de cuatro personas en una camioneta pick up blanca. “Estaban encapuchados, se bajaron del vehículo y lanzaron excremento, así como dos bombas molotov, una de las cuales estalló”, precisó. En el lugar dejaron panfletos suscritos por el grupo prooficialista Chama Pueblo en Rebelión.
Otero dijo estar convencido de que la agresión demuestra la desesperación del Ejecutivo por la estrepitosa pérdida de popularidad que lo desacredita, y corresponde a la profundización del acoso contra todos los que promueven un cambio político a través del referéndum revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro.
“El gobierno está aterrorizado y no le queda otra opción sino intentar amedrentar. Pero los venezolanos perdieron el miedo. Hay mucha gente que, literalmente, se está muriendo de hambre y siente que ya no tiene más nada que perder”, expresó.
Añadió: “Con la solicitud del referéndum presidencial los ciudadanos exigen, ni más ni menos, lo que establece la Constitución como un derecho. Pero el Consejo Nacional Electoral, de manera grosera, está demorando el revocatorio”.
Otero considera que al gobierno no le servirá apelar a la represión en la actual coyuntura política: “El país más represivo del siglo XX fue la República Democrática Alemana, y el día que salieron todos los alemanes a tumbar el Muro de Berlín no hubo ni un solo tiro. Cuando la gente vence el miedo y sale a protestar masivamente contra un régimen despótico y dictatorial, no hay represión que valga. Incluso los mismos represores suelen desistir de continuar atropellando al pueblo. Por más que el gobierno le diga a las Fuerzas Armadas que aplasten la manifestación del 1° de septiembre, los militares, sobre todo los soldados humildes que forman parte del pueblo, no les van a obedecer”.
Sobre las tareas pendientes de la sociedad civil después del 1° de septiembre, señaló: “Este jueves va a estar en la calle 20% de los electores o probablemente más. El CNE está obligado a reconocerlos, y los ciudadanos están obligados a insistir en la exigencia de su derecho constitucional a revocar a un presidente que ellos mismos eligieron”.
Violencia fabricada. El editor adjunto de El Nacional, Elías Pino Iturrieta, recordó que las agresiones al diario no son nuevas: “El Nacional ha sido acosado por el gobierno desde hace años: se le niega el papel, hay persecución judicial a través de demandas nacionales e internacionales, las visitas de la policía a la sede del periódico son cada vez más frecuentes, se buscan supuestas deudas de impuestos hasta debajo de los escritorios…”.
Pino Iturrieta afirmó que la autonomía de criterio que define la línea editorial de El Nacional le quita el sueño al chavismo: “Eso no los deja dormir, porque no quieren que Venezuela sea una República libre y democrática. Testarudamente se empeñan en llevar adelante una revolución que se lleva todo por delante, pues la prioridad no es beneficiar a la gente sino mantenerse en el poder. Y como desde el periodismo que hacemos en esta casa enfrentamos las arbitrariedades a diario, el gobierno ataca sin escrúpulos”.
El académico indicó que la movilización del 1° de septiembre no es una simple marcha, pues la mayoría de la población ha adquirido conciencia de que los derechos humanos, y sobre todo los derechos sociales, no son concesiones del Estado: “Esta efervescencia ciudadana es inédita porque está legitimada por la certeza que tiene la mayoría del país sobre el daño que le ha hecho este gobierno a todos los venezolanos. Más aún, tiene su origen en el deseo de cambio expresado en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre”.
Como Miguel Henrique Otero, Pino Iturrieta relaciona con la Toma de Caracas la agresión que sufrió el periódico ayer en la madrugada. “Estamos en las vísperas de una manifestación que se perfila como multitudinaria. Por eso el gobierno ahora da un paso más y apela al terror. El ataque a El Nacional es apenas un fragmento de la situación de acoso que afronta todo lo que es República y republicano en Venezuela. Aunque el gobierno quiere fabricar escenarios de violencia, nada de eso está en la cabeza de los que están dispuestos a salir a la calle”, insistió.
El dato
La sede de El Nacional, en Los Cortijos de Lourdes, ha sido atacada tres veces este año. La primera embestida ocurrió en enero en la zona de despacho del periódico, adonde lanzaron dos artefactos explosivos conocidos como Bin Laden. La segunda fue en junio, cuando también arrojaron excremento a la fachada y dejaron panfletos del grupo Chama Pueblo en Rebelión.
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