Estar cerca, acompañarlos en el largo camino de convertirse en adultos, estar dispuestos a que recurran a nosotros cuando lo necesiten
Como debes aprovechar el tiempo con tus hijos. Después de finalizar el tiempo en que estamos con ellos y de sentir su energía y toda la atención que como papás nos exigen, pensamos que las cosas vuelven a la normalidad y que ha pasado el temblor. Esto, es lo que los especialistas llaman “período de latencia”.
Pero al paso del tiempo, esos bebes o niños que nos demandan tiempo de atención llegan a la cena y se convierten en unos auténticos desconocidos. Ese bebé cariñoso, tranquilo que juega en su cuarto, se convirtió en un déspota con celular que apenas si emite una palabra: pide, exige y demanda lo que lo que en ese momento desea.
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En ese momento es cuando, más necesitamos de la comunicación. Estar cerca, acompañarlos en el largo camino de convertirse en adultos, estar dispuestos a que recurran a nosotros cuando lo necesiten… Pero, ¿cómo hacer que esto suceda si no lo hice en su momento? Como se acercaran a nosotros, si no propiciamos esa confianza y comunicación?
Alimentar el vínculo a cada edad
Se habla mucho del apego en momentos de lactancia, , de construir el vínculo cuando el pequeño recién llega. Pero el lazo, se construya o no, cambia y pide de los integrantes otro tipo de cercanía, demanda otro tipo de comunicación.
El contacto entre padre e hijo es un lazo de pareja, en el sentido de dos humanos relacionándose uno con el otro, pero dispar en cuanto a que uno es adulto y -se supone- portador de todas las herramientas. Ambos cambian, se enojan, se distancian, se necesitan, están en un mejor o peor momento, pero trabajan en construir lo que los une, más allá de la sangre misma.
Los adultos somos los que debemos materializar esa conexión. Pero, ¿cómo? Estas son algunas ideas que pueden ayudar para conectarte con tus hijos:
Jugar. Aquello de “tiempo de calidad” es esencial, pero no basta. Obligarse a algo no es muy efectivo. Jugar a la pelota o hacer un rompecabezas si se hace de mal ánimo, no conecta. Tienen que buscar algo que los divierta a los dos. Tiene que ser algo que a ambos pueda gustarles y conectarlos.
Agendar: Si el día a día y tu ocupación no te permite dotar del suficiente tiempo para la convivencia, entonces: atendemos. Busquemos un momento en donde los dos puedan conectarse sin ser molestados y sin ser distraidos.
Entusiasmo. Si hoy tienes que lavar la ropa, entonces puedes compartir ese momento y quizá para los chicos puede ser un desafío. La cosa es proponerlo de manera que se vuelva divertido, donde ellos puedan aprender, y con sugerencias de que los más chicos pueden ayudar. Es importante tener mucha paciencia. Aprovechamos a hacer algo de la casa todos juntos.
Práctica. El lazo, la relación, no se hace en un día. La relación es como una plantita, hay que regarla y alimentarla. Con regalos no logras cariño.
Todo tipo de actividad. Video juegos, cartas, cocinar, andar en bici, ir al cine, arreglar algo en casa, ir de compras, ordenar el cuarto, hacer una manualidad, leer juntos, regar el jardín, lavar el coche, la moto o la bici. Quizá hasta banar al doberman. El punto es buscar el momento y aprovechar el tiempo con tus hijos.
Contacto. Darse abrazos, sentarse juntos, darse besos, pero, de esos besos que les gustan, sin ser muy melosos porque los fastidian, palmadas de felicitaciones, pero de acuerdo a su edad.
Rutina. No puede ser un hecho aislado, hoy si, y en un mes quizá. Sí pueden ser distintas cosas, pero debe haber continuidad y frecuencia. La tonicidad es resultado del ejercicio. No puedes ir al gimnasio un día si y 5 días no, el progreso y la frecuencia hace al resultado.
Flexibilidad y firmeza. No seamos necios en imponer lo que nosotros queramos para hacer. Hay que adaptarnos y hacer que los dos participemos. Insistencia a la hora de arrancar: a veces cuesta, pero hay que ponerle energía.
No todo debe de ser para ganar un premio. Algunas cosas serán más divertidas o saldrán mejor que otras. Pero, en el fondo, esa no es la cuestión. Están ahi para algo más.
Estas sugerencias no son como el reglamento de transito que debe seguirse “by the book”, solo son recomendaciones que pueden hacer que la relación padre e hijo pueda marchar en mejor dirección. El tiempo pasa y no da vuelta a tras, el cariño viene y también se va, la planta la siembras pero hay que cuidar. Por ello, toma algunas de estas sugerencias y planifica como debes aprovechar el tiempo con tus hijos.