Ya se veía venir. Por muchos años en el futbol mexicano se ha escuchado frases como: este es el proceso que tendrá continuidad, esta es la generación de oro del futbol nacional, este jugador es el que estábamos esperando, el quinto partido ahora si es una realidad, se jugó como nunca, le ganamos a los grandes en los amistosos; la realidad es que lo que paso el sábado no se lo esperaba nadie.
Siempre que hay una masacre como la que paso en San Francisco en días pasados, las voces que claman justicia salen de todos lados. La prensa especializada, hasta los más domesticados como Televisa y Tv Azteca,exploran los temas más escabrosos de las fallas y carencias en el sistema de selecciones, se habla de cambios en el timón nacional, el poco compromiso de los jugadores hacia la camiseta verde, las malas decisiones de los directivos, se dan más quejas que soluciones, el tema es mediático y hay que acabar pronto con él. La prisa de cerrar el tema radica en el ámbito económico, nadie que este inmerso y se beneficie de él, puede patear el pesebre o matar a la gallina de los huevos de oro.
En una liga de mediana calidad, muy bien pagada, los vicios y malos manejos relucen por todos lados y acaban repercutiendo hasta arriba, en la Selección Mexicana de Futbol. Todos los involucrados tienen facturas pendientes y veamos porque, tenemos un formato de torneos cortos con 2 liguillas que impide el desarrollo de los jóvenes, siempre se dice que están muy chavos y que contra el poco tiempo la experiencia es mejor; una cantidad grotesca de extranjeros o no nacidos en México en la cancha que va en contra de la continuidad del jugador nacional; el régimen de transferencias que no beneficia en ningún aspecto al jugador; el poco seguimiento a los buenos resultados en selecciones menores; la poca paciencia y oportunidades que hay para el mercado nacional de entrenadores, los procesos de selecciones nacionales sin continuidad, difícilmente alguno cumple el proceso completo; la exportación de jugadores nacionales de nivel medio que se da por la apertura de los mercados que ahora son globales, y que creen que por estar en Europa tiene calidad superior. Estos son los temas trillados e irrelevantes que suenan todos los días en la prensa nacional y en el medio.
La realidad es que no sabemos ganar, estamos peleados con el éxito, los directivos siempre poniendo los intereses de los dueños del balón por encima de todo, creando cotos de poder en torno al producto más codiciado del medio futbol que es la selección nacional. Los entrenadores, nunca llega el que merece y el que lo merece no la quiere, si bien Osorio es un técnico reconocido por ser un estudioso del futbol y por trabajar, no tiene reconocimiento en el medio nacional, no se ve disciplina en el grupo, y mucho menos liderazgo, aparte de que nadie de los supuestos candidatos acepto a la verde. El líder moral en la cancha, Rafa Márquez, en los momentos difíciles nunca está, se hace expulsar, se lesiona, tiene un hijo, el caso es que nunca está; el goleador chícharo, tiene más ganas que futbol; el medio ofensivo Herrera nunca juega donde debería; y los porteros podrían jugar cualquiera dependiendo del promotor de moda; sin contar que dos supuestas estrellas del futbol como Vela y Gio no van porque les gana la indisciplina y la fiesta sobre el cerebro. La afición, que siempre estamos al pendiente de todo lo referente a la selección, compramos las playeras, llenamos los estadios, viajamos con ellos, perdonándoles todo y sin exigir nada, es una fórmula que produce caos y el siete a cero contra la roja, el no era penal contra Holanda, la noche amarga contra los gringos, las derrotas contra Alemania y Argentina, los cachirules, y muchas cosas más demuestran que esta fórmula produce caos Y el caos llega cada vez que México se juega algo importante, Amén.