Ciudad de México.- “Hago el compromiso serio, muy serio de que cuando se termine la refinería que se construirá en México y se rehabiliten las seis que ya existen, bajarán los precios de gasolinas y de todos los combustibles”, así lo señaló el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante su primer discurso como jefe del Ejecutivo federal.
Con este anuncio, se posterga uno de los principales compromisos de campaña de López Obrador, quien había comprometido que el bajar los costos por litro de los combustibles sería una de las primeras acciones de su gobierno; ahora, sin dejar atrás su promesa, expuso que será hasta que se termine la construcción de la nueva refinería en Tabasco, en tanto, los precios cambiarán conforme a la inflación, como hasta ahora.
Al momento de hablar sobre la Reforma Energética y al hacer referencia a los precios de los combustibles, una parte de los legisladores subió pancartas con la leyenda “baja la gasolina”, ante lo cual el presidente de México puntualizó: “ahora resulta que los que aumentaron el precio de las gasolinas están pidiendo que la baje”.
Previo a este anunció, el presidente López Obrador recordó que una de las promesas de la Reforma Energética, fue justamente la de que “vendría a salvarnos”, y señaló que contrario a ello, solo ha significado la caída en la producción del petróleo y el aumento desmedido en los precios de la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad.
“Se afirmó que se iba a conseguir inversión extranjera como nunca, pero apenas se llegó al 1.9 por ciento de la incipiente inversión pública realizada por Pemex y el 0.7 por ciento de la inversión prometida. Se nos dijo que estaríamos produciendo tres millones de barriles diarios y extraemos solo 1 millón 763 mil barriles diarios, es decir 41 por ciento menos de lo estimado y con tendencia a la baja”, enumeró.
Concluyó al hacer énfasis en que es tan grave el daño causado al sector energético, que México es el país petrolero que más gasolina importa en el mundo y más aún, se compra gasolina para abastecer a las refinerías que apenas sobreviven.