Foto: Acg

El Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM) negó que los trabajadores administrativos hayan abandonado sus guardias de la huelga, como protesta por haberse declarado una huelga a puertas abiertas.

Y es que la autoridad universitaria dio a conocer que gran parte de los accesos a Ciudad Universitaria y a las diversas dependencias nicolaitas se encuentran sin la presencia de trabajadores que tienen que participar en la huelga, lo que pone en riesgo el patrimonio universitario y señaló que se vio en la necesidad de contratar vigilancia externa para garantizar la seguridad del patrimonio universitario.

“Ante esta situación y debido a que previo a estallar la huelga, los propios sindicalizados amagaron con abandonar las guardias en caso de que se declarara una huelga de puertas abiertas, la autoridad universitaria, en estricto apego a sus atribuciones ha procedido a la contratación de vigilancia externa a efecto de garantizar la seguridad en los recintos universitarios, pues no puede ser omisa ante una situación de riesgo”, señaló el área de comunicación de la universidad.

En ese sentido, el SUEUM asegura tener fotografías que demuestran lo contrario y detalló que la Comisión de Vigilancia realiza rondas en cuatro turnos, además de que las mujeres hacen guardias en la mañana por tres horas cada una y los hombres tienen guardias por las noches.

El sindicato argumentó que “con puertas cerradas una huelga son responsabilidad del sindicato los edificios, pero a puertas abiertas no es nuestra (responsabilidad) y (argumenta la autoridad que) no hay dinero, pero gastan en más personal privado. ¿Entonces también buscan privatizar la Universidad?

El área de comunicación de la Casa de Hidalgo recordó que la ley Federal del Trabajo marcha que las funciones de vigilancia deben quedar a cargo de personal de confianza, “pero en la Universidad Michoacana han venido pasando a personal sindicalizado”.

Por lo pronto, a pesar de que la universidad vive una huelga de puertas abiertas, aún prevalece la incertidumbre entre la comunidad nicolaita de universitarios, académicos y personal administrativos de si acudir o no a sus centros de trabajo.