El Día Internacional de la Mujer fue el marco para que las mujeres salieran a exigir seguridad y respeto
Morelia, Michoacán.- El cielo se pintó de morado y el corazón del Centro Histórico de Morelia retumbó a la voz de “ni una muerta más”; las mujeres se unieron para exigir seguridad y el alto a la violencia contra ellas, contra sus hijas, sus madres, hermanas y amigas.
Las pintas en los edificios emblemáticos de Morelia y en el acueducto, dieron fe de la “rabia” que feministas y no feministas acumulan por la cantidad de asesinatos en contra de mujeres, de niñas y niños. Por las violaciones que diariamente se comenten y la violencia de género. Y en la tradicional fuente de Las Tarascas hicieron saber su enojo al colgar telas con consignas.
“Ni una menos, exigimos respeto”, “el violador eres tú”, exclamaron durante la caminata que las concentró desde las 16:00 horas para que poco después de las 17:00 horas, iniciaran el camino hacia el primer cuadro del Centro Histórico de Morelia.
“Estado asesino”, gritaron al unísono frente a Palacio de Gobierno (…) sin dejar de golpear el tambor, las chicas brincaron “la que no brinque es macho” y todas las presentes, desde niñas hasta mujeres mayores despegaban los pies del piso en repudio del machismo.
“¡Fermín agresor!” Reza una pinta en la puerta principal del Palacio Legislativo y es que pese a que muchas dijeron estar contra las pintas, hubo un grupo de las chicas que así expresó su molestia ante la violencia que diariamente se ejerce contra la mujer.
Una vez concluida la marcha, las chicas hicieron un círculo en el que escucharon en silencio las palabras de quien llevaba la voz en ese momento; las lágrimas inundaron algunos rostros cuando se recordó a la estudiante de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Nilda Rosario, quien el próximo 17 de marzo cumple un año de desaparecida.
Con el puño levantado guardaron un minuto de silencio, en memoria de todas aquellas que han salido de sus casas y no han regresado a causa de los feminicidios; recordaron a aquellas que aparecen violadas y mutiladas y bailaron para que nunca más suceda.
A lo lejos, un grupo de personas a favor de la vida rezaba el Rosario; unidos por las manos la plegaria era el Ave María (…) y por fuera, las chicas que disgustadas pintaban monumentos y gritaban a favor del aborto y la maternidad consentida. “La mujer es el único monumento, lo demás se puede arreglar”.
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