Ni los muertos se salvan del Covid-19, pese a que este día es de celebración para aquellos que ya se fueron, el Covid-19 les arrebató la posibilidad de disfrutar
Morelia, Michoacán.- En un ambiente todavía más muerto que aquellos que yacen en la tumba, hoy cientos de morelianos celebran la vida de sus familiares más queridos, aquellos que lamentablemente se adelantaron en este plano terrenal.
Hoy no se escucha “cruz de olvido”, “te vas amor”, “la muerte del palomo” y otros temas más que eran los favoritos del tío, padre, abuelo, madre y hasta del primo o prima, hoy el panteón municipal sólo es una mancha naranja, bañada de pétalos de aquellos cempasúchitl que fueron también muertos para adornar sus las tumbas.
Hoy, el aporreadillo, las enchiladas, los tamales, el pozole, la morisqueta y los tacos, no inundan con su olor el camposanto, atrayendo a aquellos que cumplieron con su cometido en esta vida y que nos dejan un hueco enorme con su partida.
Hoy, los niños no corren y gritan por tumbas, preguntando por qué le llevan flores y música a lápidas grises, tampoco cuestionan por qué murió el familiar; ellos tienen la entrada prohibida, esto al no contar con vacuna para el virus.
Hoy, los muertos también tienen que pagar por lo que siguen haciendo los vivos, esto gracias a que las medidas sanitarias impidieron que se les pueda recordar cómo les gustaba, ya no pueden descansar en paz, porque las palabras bonitas, se ahogan tras un cubrebocas que se ha vuelto parte indispensable para la vida.
Hoy, también se recuerda que ese bicho, ese virus, ese Covid-19, le ha quitado la posibilidad de continuar viviendo a cientos de personas en el mundo, este 2 de noviembre, será peculiar, cómo el que se vivió el año pasado y de continuar así, el que se vivirá en los próximos.
Y aunque la fiesta no sea tan grande como otros años, hoy, muchos morelianos decidieron salir a los panteones municipales para recordarle a todos los que se fueron, que aún siguen estando dentro de los corazones de sus seres queridos.