foto: SAGARPA
  • El sector primario punta de lanza y el más olvidado por la administración estatal.
  • Michoacán puede y debe generar valor agregado a sus productos.

Morelia, Michoacán.-En los últimos siete años, Michoacán se ha ufanado de ser el líder en brindar valor agregado en el renglón de la producción agrícola, con poco más de 46 mil millones de pesos anuales, una producción global de 8 millones de toneladas de diversos productos del campo.

Sin embargo, según datos que maneja el INEGI, nuestro estado ocupa el lugar 18 en cuanto al valor agregado de la producción primaria y aporta alrededor de 11 puntos porcentuales al PIB estatal.

El potencial de Michoacán es muy grande para la producción agropecuaria y pesquera, pues cuenta con más de 50 millones de hectáreas para la agricultura, 42 millones de hectáreas para la ganadería y 214 kilómetros de litoral, además de cuerpos de agua y embalses en el interior del estado.

Vale la pena destacar, que el crecimiento del sector agropecuario y pesquero se ha dado gracias al esfuerzo sostenido de los propios productores y no de una estrategia institucional.

Así tenemos ya el sector aguacatero y más recientemente el sector de frutillas, que están consolidando sus redes de valor y compiten en el mecado internacional.

Según la FAO, a nivel mundial se estima, se pierden por falta de oportunidad de almacenamiento y procesamiento, sobre el 30 por ciento de la producción de granos, frutas y hortalizas. Situación que se corrobora año con año, ya que los productores ante el desplome de precios en muchas ocasiones prefieren no realizar la cosecha o recolección de la producción, o bien por la falta de caminos sacacosecha adecuados, transporte especializado, un sistema carretero, redes de frío y logística estructurada de los mercados se pierde buena parte de la producción.

El Gobierno del Estado no tiene ninguna estrategia para el fomento de agregar valor a la producción primaria que es lo que realmente puede potencializar los ingresos del sector agropecuario y pesquero.

Una muestra de ello, es la reciente extinción del organismo estatal para el fomento de los parques industriales, denominado Fideicomiso para Parques Industriales de Michoacán (FIPAIM), quien coordinaba estos esfuerzos.

A nivel federal, se tiene desde hace décadas en la Secretaría de Economía la estrategia de fortalecer las cadenas productivas y más recientemente la SAGARPA y los FIRA, entre otros han desplegado una serie de apoyos y programas para impulsar los agrupamientos de las redes de valor a través de los Clusters agroalimentarios y Agroparques en México.

Sin embargo, Michoacán, hace caso omiso a esta visión del desarrollo integral y no ha aprovechado hasta la fecha los apoyos institucionales destinados para ello.

Queda como referencia que otros estados con menor potencial agropecuario y pesquero, como Chiapas, Aguascalientes, y Yucatán ya los tienen en desarrollo.

El pasado 16 de octubre del 2013, día mundial de la alimentación, se llevó a cabo en la ciudad de México la reunión denominada Sistemas Alimentarios Sostenibles, coordinada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y la Organización para la Agricultura y el Alimento de las Naciones Unidas —México (Food and Agriculture Organization—  FAO por sus siglas en inglés). Durante esta reunión la SAGARPA anunció que se crearán 16 agroparques en el país. Se precisó que estarán en los estados de Baja California, Sinaloa, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Chiapas, Sinaloa, Veracruz, Nayarit, Querétaro, Nuevo León y Aguascalientes.

Este modelo de integración económica horizontal y vertical, ha tenido un gran éxito en varios Países de Europa y Asia, donde convergen las capacidades, infraestructura; conocimiento, logística y mercado, eficientando todos los recursos al máximo y lograr una gran rentabilidad de la actividad agropecuaria.

Con una gran diferencia. Allí se da todo el desarrollo de la agrobiotecnología, la sustentabilidad, con productos de alto valor nutracéutico, con agregados moleculares proteínicos para la alimentación o bien el desarrollo de productos para otras industriales tales como aceites o la generación de semillas con denominación de origen de alta productividad.

En fin, bajo este enfoque de agronegocios integrados, se multiplica la oportunidad de generar mayores ingresos y solo por mencionar un ejemplo, mientras que un kilo de carnitas de cerdo vale en el mercado sobre 140 pesos, un kilo de carnitas envasado al alto vacío, llegar a costar en el mercado los 300 pesos. Mientras que una tonelada de limón mexicano cuesta 3 mil pesos, una tonelada de aceite destilado de limón en el mercado europeo alcanza los 200 mil pesos. Es decir, no hay comparación entre los ingresos medios rurales que se dan en el campo, contra los que se pueden obtener una vez industrializados los productos.

Así podemos concluir que Michoacán, sigue sin una estrategia de desarrollo económico del sector rural, deja pasar las oportunidades de un crecimiento sostenido y no se coordina con las instancias del gobierno federal para lograr un verdadero desarrollo sustentable del sector rural de Michoacán.