Nueva York pide que se sostenga la multa millonaria por fraude contra Donald Trump.
Estados Unidos.-La fiscalía de Nueva York, liderada por Letitia James, solicitó a un tribunal de apelaciones estatal el miércoles por la noche que confirme la multa de 454 millones de dólares impuesta a Donald Trump por fraude civil, destacando que hay “pruebas abrumadoras” de su culpabilidad.
James respaldó así la decisión de febrero que acusa al exmandatario de exagerar el valor de sus activos, estimados en hasta 2,200 millones de dólares, para obtener préstamos ventajosos y otros beneficios financieros.
“El señor Trump innegablemente incurrió en fraude’, afirmó James en el documento legal, señalando que ‘él, sus hijos adultos y su empresa (la Organización Trump) emplearon una variedad de tácticas engañosas’ que finalmente ‘dañaron al mercado”.
El mismo día, el tribunal de apelaciones de Nueva York programó el 26 de septiembre para escuchar los argumentos de Trump, posponiendo cualquier decisión hasta después de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
En febrero, el juez Arthur Engoron restringió la capacidad de Trump para hacer negocios en Nueva York por tres años y le impuso la mencionada multa como cabeza de la Organización Trump.
El candidato republicano a la presidencia apeló la decisión y criticó al juez por supuestas motivaciones políticas, declarando que se le penaliza por “haber construido una empresa perfecta, mucho dinero y grandes edificios”.
Trump también sostuvo que sus “víctimas” supuestas, principalmente bancos que le ofrecieron tasas de interés reducidas, se beneficiaron de los tratos.
Sin embargo, la fiscalía contrarrestó que la legislación subyacente a la demanda original no requería demostrar pérdidas financieras de las instituciones involucradas.
“El Estado tiene derecho a reclamar las ganancias ilícitas de Trump derivadas de los intereses que se ahorró”, concluyó la fiscalía.
Si Trump no gana la apelación, podría enfrentarse a una reducción significativa de sus reservas monetarias, y posibles congelaciones de cuentas o embargos de propiedades, lo que deterioraría su imagen de eficiente gestor económico frente a las “políticas comunistas” que atribuye a Kamala Harris, su rival demócrata.