A Ricardo Monreal se le armó una revuelta ante el inminente regreso de Germán Martínez a su escaño en el Senado. No le perdonan haber mediatizado la “injerencia perniciosa” de la SHCP sobre el IMSS.
Algunos limitados ven en la carta de renuncia del expanista la traición de un “externo” que llegó al Senado por la vía pluri, y luego fue distinguido por AMLO con el nombramiento de director general del IMSS.
No entienden que la prioridad del mero mero del instituto es el derechohabiente y no el rescate de Pemex o los programas electoreros de la Cuarta T.
Afortunadamente, el coordinador de Morena en el Senado es hombre de visión plural y amplia.
Fue contundente al asegurarnos que “no habrá ningún desplante o desaire” hacia el ahora exdirector del IMSS.
“La unidad por encima de todo”, subrayó.
El debate sobre Germán al interior del grupo fue duro, difícil, nos aseguran. “A legisladores que son fundadores de Morena les caló demasiado. Va a ser un ambiente muy hostil para él”, adelanta Eduardo Ramírez, senador de ese partido.
- Germán ya pidió su reincorporación al Senado. No parece tener intenciones de brincar a otra bancada. Sabemos que le coqueteó el PAN. El mismísimo Miguel Mancera le abrió las puertas del grupo del PRD, en charla con el reportero. “Hay varios grupos en el Senado que les encantaría que estuviera Germán. Es un hombre de convicciones firmes. Él sabe que, además de la amistad y el respeto profesional, está la posibilidad de que se incorpore a nuestro grupo parlamentario”, nos dijo el exjefe de Gobierno.
- De la comparecencia de Carlos Urzúa para que explique los señalamientos de Germán en su carta de renuncia, la maquinaria de Morena no quiso ni hablar en la Permanente.
Impuso su aplastante mayoría para evitar que fuera siquiera discutida la “injerencia” de la SHCP en el IMSS y la precaria situación que viven derechohabientes y trabajadores en el instituto. El punto de acuerdo que presentó la senadora del PAN Kenia López, apoyada por el bloque opositor, tampoco fue discutido. Los guindas y sus satélites lo mandaron a la congeladora.
En ese instante pidió la palabra la senadora del PRI Beatriz Paredes. No se anduvo por las ramas: “El problema es que, al turnarlo, cuando tengamos el dictamen también tendremos probablemente la noticia de algunos muertos en los institutos nacionales de salud, porque el recorte está afectando a instituciones de gran importancia”.
Sin comentarios.
- Los morenos tampoco accedieron a que se llamara a una “reunión de trabajo” a la directora de Notimex, Sanjuana Martínez, a quien acusa la oposición de convertir la agencia en aparato de propaganda de la 4ª T.
Esta petición la hizo en tribuna la yucateca Dulce María Sauri, ante la “editorialización” de las notas de la agencia y las críticas que desde allí se hacen “a quien piensa diferente”.
Como ejemplo puso la crónica, sin firma, que se publicó en el portal de la agencia, el pasado 17 de mayo, bajo el título de “El maltrecho PRI, rumbo al exterminio”.
Sauri le recordó a Sanjuana que no sólo Morena la apoyó para llegar a la Dirección de Notimex. Le dejó claro que las instituciones del Estado no deben interferir de manera alguna en asuntos “que sólo le competen a ese instituto político”.
- Fueron largas y difíciles las negociaciones sobre las cuatro leyes secundarias de la Guardia Nacional. Sabemos que la política de apertura que adoptó la cúpula parlamentaria de Morena en el Senado se tradujo en una aprobación casi unánime. A ese resultado contribuyeron también Zoé Robledo, hasta ayer subsecretario de Gobernación; el coordinador de asesores de la Segob, Jorge Alcocer; gente de Seguridad Ciudadana y de la Consejería Jurídica de Presidencia.
A ver si aprenden en San Lázaro: hablando se entiende la gente.