Podrá haber muerto la credibilidad ciudadana en la clase política, pero directa o indirectamente estos dinosaurios siguen más vivos que nunca
Morelia, Michoacán.- Cuando el reloj marca elecciones las calaveras salen de sus tumbas…, “chumbala cachumbala cachumbala…”, es una ineludible alegoría en esta Noche de Muertos, en que nos acordamos de cadáveres y momias “vivientes” de la política michoacana que, negados a morir, al amparo de la propia ley, tránsfugas y chapulines siguen viviendo de las ubres del erario público.
Desde 1988, el actual senador de la República, Cristóbal Arias Solís, quien ha sido tres veces senador, también diputado federal y, sin éxito, tres veces candidato a la gubernatura de Michoacán, ha personificado papeles privilegiados en la trama política local, donde se ha dado a conocer no solo por su vocación de servicio sino por sus volátiles lealtades partidistas.
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Fundador del ahora moribundo PRD, Leonel Godoy Rangel, nacido en 1950, fue gobernador de Michoacán, es ex senador de la República y actual diputado federal por Morena, inició su carrera política en 1983, cuando ocupó el cargo de Subprocurador General de Justicia de Michoacán, durante la gubernatura del Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, otro de los eternos empoderados.
Entre los “eternos” enquistados en el poder no podemos dejar de mencionar al dirigente del Partido del Trabajo (PT), Reginaldo Sandoval Flores, licenciado en Economía, quien narró alguna vez que su papá quería que fuera médico o sacerdote, tiene casi 20 años como apoderado del Partido del Trabajo, al que defiende como tigre…
“Hijo de tigre”…, el ex gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, quien estuvo durante varios años “muerto” políticamente fue resucitado por el movimiento lopezobradorita y, tras despojarse de las maldiciones perredistas se atavió de los ungüentos morenistas y actualmente se desempeña como jefe de asesores del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, otro michoacano destacado en la política nacional, fue secretario de Energía y presidente del Partido Acción Nacional; harto cuestionado y acusado de fraude electoral en 2006, abandonó las filas azules y se fue luego a fundar junto con la ex diputada Margarita Zavala, el partido “México Libre”, un fracaso de partido que se murió antes de nacer.
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Otro que se resiste a morir políticamente es Manuel Antúnez Oviedo, quien desde 2007 es el apoderado del partido anaranjado Movimiento Ciudadano (MC), grupo político por cuyo registro recibe mensualmente 1 millón de pesos; ha sido candidato a gobernador de Michoacán, sin éxito; sin embargo, no ha habido nadie que pueda destronarlo de la silla presidencial del partido.
Al amparo de los propios marcos normativos, estos personajes tienen la posibilidad de prolongarse como dirigentes de partidos, de cambiar de bando y devenir tránsfugas según les convenga, y de “chapulinear”, además de que alcaldesas, alcaldes, diputadas y diputados ya pueden reelegirse y, “cuando el reloj marca elecciones… las calaveras salen de sus tumbas…”.