Asimismo señalan que la sociedad en general, tampoco ha ayudado mucho contra el virus
Morelia, Michoacán.-Luego que este pasado lunes, el Subsecretario de Prevención y Protección de la Salud, Hugo López Gatell reconociera el trabajo del gobierno estatal para combatir el COVID-19 en Michoacán, varios ciudadanos de la entidad señalan que no se ha hecho lo suficiente para bajar la ola de contagios del virus.
Para Amalia Casillas, originaria del municipio de Apatzingán, las medidas sanitarias llegaron al menos 3 semanas de retraso, generando así una ola de contagios en la referida zona de tierra caliente; también señala que los apoyos brindados por la administración estatal, aún no se han visto reflejadas.
Por su parte, Patricia López quién vive en el municipio de Zamora, indicó que se debió implementar más cercos sanitarios, para cuidar la entrada de los visitantes y evitar que los casos positivos se dispararan en dicha región.
Por otra parte, Erandi Valencia originaria de Lázaro Cárdenas, zona que es la más afectada por la pandemia destacó que al tener un brote mayor en el municipio, se debieron extremar precauciones, sin embargo y debido a problemas políticos, la falta de ayuda, se vio reflejada en el número de contagios.
Sociedad también es culpable de esta situación
Sin embargo, algunos michoacanos refieren que culpar únicamente al gobierno estatal no lo es todo, ya que la sociedad también se ha encargado de no atender medidas como uso de cubrebocas, gel antibacterial o mantener una sana distancia.
Para Enrique Solis, originario de la capital michoacana, las reuniones privadas, los jaripeos y hasta los encuentros deportivos, apoyaron para que Morelia fuese el segundo municipio con más casos positivos en el estado.
En el caso de María Reyna, quién actualmente radica en Uruapan, se podía apreciar entre las personas, la poca cultura de protocolos de sanidad, generando que el patógeno no sea controlado del todo.
Te podría interesar. Supera México más de 35 mil muertes por coronavirus
Cabe mencionar que el uso de cubrebocas y confinamiento obligatorio, así como de la suspensión de eventos y la asistencia a clases presenciales, fueron las primeras medidas que tomó el estado, para tratar de frenar la propagación del virus.