Existen 7 grupos criminales que disputa la operatividad delincuencial en el Michoacán, de acuerdo con informes de inteligencia de la PGJE
Morelia, Michoacan.- Existen 7 grupos criminales que disputa la operatividad delincuencial en el Michoacán, de acuerdo con informes de inteligencia de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en poder de Contramuro. Se trata de células delictivas conocidas como “El Grupo del Cenizo”, “Los Viagras”, “El Grupo del Gallito”, “La Nueva Familia Michoacana”, “El Grupo de El Metro”, “El Grupo de El Brazo de Oro” y el “Cartel Jalisco Nueva Generación”.
Los informes revelan que, tras la desarticulación en 2014 del cartel hegemónico en Michoacán de “Los Caballeros Templarios”, así como la aprehensión y el abatimiento de los principales líderes de éste, la delincuencia organizada se atomizó, de tal forma que ahora la disputa entre los grupos criminales para apoderarse de las plazas, se concentra en zonas como la Sierra-Costa, la Tierra Caliente, La Ciénega, y particularmente en los municipios de Apatzingán, Uruapan, Gabriel Zamora, La Piedad y Zamora.
El primer grupo encabezado por Ignacio Rentería Andrade, “El Cenizo”, otrora lugarteniente de Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, líder de Los Caballeros Templarios aprehendido en 2014; tiene bajo su mando a Francisco Licea Figueroa, “El Paco Licea”, como jefe de plaza de Apatzingán y de la célula identificada como “Los Licea”; Sergio Gilberto Gómez Magaña, “El Chanda”, jefe de plaza de Úspero, Cuatro Caminos, Nueva Italia, Buenavista Tomatlán, Parácuaro y Gabriel Zamora, y Luis Antonio Torres González, “El Americano”, considerado líder del grupo conocido como “H3”, quien opera en el municipio de Buenavista Tomatlán y la tenencia de La Ruana, y se encuentra subordinado a Gerardo Mendoza Chávez, “El Flaco”, operador criminal en Colima.
La estructura de dicho grupo coloca a “El Cenizo” como líder de la célula criminal, que mantiene una asociación delictiva con “El Paco Licea” y “El Chanda”, éste último también asociado con “El Americano”, quienes buscan apoderarse de la región de Tierra Caliente en su disputa contra el grupo criminal de “Los Viagras”, encabezado por Nicolás Sierra Santana, “El Gordo o El Coruco”.
El informe de la PGJE identifica al segundo grupo denominado como “Los Viagras”, encabezado por Nicolás Sierra Santana, quien se encuentra asociado con el Grupo liderado por Homero González Silva o Gonzalo Díaz Soto, alias “El Gallito”, identificado como sobrino de Nazario Moreno González, “El Chayo”, líder abatido de “Los Caballeros Templarios” en 2014.
Los grupos asociados de “Los Viagras” y “El Gallito”, se mantienen en la disputa contra el Grupo de “El Cenizo” para el apoderamiento de Apatzingán; pues en el caso de la célula criminal de Nicolás Sierra Santana, se mantiene como jefe de plaza de la localidad de Cenobio Moreno, a Cesar Alejandro Sepúlveda Arellano, “El Boto”, identificado como líder de “Los Blancos de Troya”; mientras que Homero González posee como representantes a Rigoberto Díaz Soto, “El Rigo o El Belisario”; Juan Manuel Montero Nambo o Alejandro Ramírez Magaña, “El Seco o El As de Oro” y a un sujeto más identificado como “El Rocky”.
Los documentos señalan que “El Seco”, está identificado como el brazo derecho de “El Gallito”, quien se resguarda en su rancho ubicado en la localidad de Guanajuatillo, con el apoyo de 20 sicarios.
La lucha principal entre los grupos de “El Cenizo” contra “Los Viagras” se extiende hasta Gabriel Zamora, donde se identifica como jefe de plaza del municipio del primer grupo a Jorge Ramírez Hernández, “El Brazo de Oro”, quien a su vez tiene subordinados supuestamente al alcalde de dicha demarcación, Juan Francisco Villanueva Mora; Guillermo Ortiz Ñañez, “El Grande”, ex elemento de la Fuerza Rural y Martín N, “El Perro”, jefe operativo de “El Brazo de Oro”.
A esta lista de integrantes del Grupo de “El Brazo de Oro”, la PGJE también investiga a alrededor de 24 elementos de la Policía Municipal de Gabriel Zamora, quienes presuntamente operarían en favor de dicha célula criminal.
Por su parte, “Los Viagras” de Nicolás Sierra Santana mantendrían la operatividad y la disputa por la totalidad de la demarcación, a través de su jefe de plaza en Lombardía, identificado como Juan José Pineda, “El Pineda o El 7”.
Esta misma lucha entre el Grupo de “El Cenizo” y “Los Viagras”, también se libra por el apoderamiento del municipio de Uruapan, pues el primero está representado por la célula criminal encabezada por “El Brazo de Oro”, mientras que el segundo tiene asignado como jefe de plaza a Francisco Javier Galván Farías, “El Búfalo”, ex líder del movimiento de autodefensas.
En el caso de la lucha por el apoderamiento de la Región de la Ciénega, particularmente de los municipios de Zamora y La Piedad, el primer grupo identificado es otro brazo de “Los Viagras” y se trata de la célula delictiva identificada como “La Nueva Familia Michoacana”, encabezada por José Carlos Sierra Santana, “La Sopa”, hermano de Nicolás Sierra Santana, “El Gordo o El Coruco”.
José Carlos Sierra Santana está identificado como el jefe de plaza de los municipios de Zamora y La Piedad, y tiene como brazo derecho a Jorge Garnica Torres, “El Chompon”. A estos se suman 13 personas más, entre los que sobresalen un sujeto identificado como “El Chicharrón”, encargado de la plaza de Zamora; “El Nino o El Camen”, encargado de la distribución y venta de drogas; “El Toño o El Muletas”, encargado del grupo operativo 1 y “El Morelia”, encargado del grupo operativo 2.
A la par de este grupo, se identifica a integrantes del “Cartel Jalisco Nueva Generación” que ya opera en los municipios michoacanos de La Piedad, Zamora, Yurécuaro, Tanhuato y Ecuandureo, así como en los municipios de Ocotlán, Tonalá, La Barca y Zapotlanejo, en Jalisco.
Dicha representación del “Cartel Jalisco Nueva Generación” que ya opera en Michoacán, está encabezada por Germán, “El Chaparro”, quien tiene como brazo derecho a Alonso Guerrero Covarrubias, “El 08”. A ellos se suma una estructura identificada por la PGJE, de 21 personas, entre ellas Leonel y Álvaro Guerrero Covarrubias, hermanos de “El 08”.
Finalmente, un grupo más identificado por la operatividad principalmente en Zamora y Los Reyes, es el encabezado por Mario Álvarez Espinoza, “El Metro”, quien fuera jefe de plaza del cartel de “Los Caballeros Templarios” en los municipios mencionados, y fuera aprehendido en marzo del 2015, en la colonia La Roma, en la Ciudad de México.
El grupo de “El Metro” mantiene la operatividad, a través de su hermano Javier Álvarez Espinoza, “El Tiro”, quien posee como subordinados a Marco Antonio Beltrán Martínez, encargado de la venta de medicina robada y de contrabando; Luis Mariano Amezcua Sánchez, “El Doctor”, encargado de la venta de medicamento clandestino y José Manuel García Hernández, “La Cazuela”.
Los ausentes del informe de la PGJE
A pesar de lo detallado del informe de la PGJE en torno al reacomodo de las células delictivas tras la desarticulación de “Los Caballeros Templarios”, no se incluye a personajes o grupos que han sido denunciados a través de voces ciudadanas o redes sociales.
Tal es el caso de Miguel Ángel Gallegos Godoy, “El Migueladas” o “El Señor de Zicuirán”, a quien se le identifica como el supuesto máximo líder delincuencial en el municipio de La Huacana, además de que se le relaciona como asociado criminalmente con “El Cenizo”.
“El Migueladas” también fue identificado como uno de los socios más relevantes del cartel “La Familia Michoacana”, principalmente de Jesús Méndez Vargas, “El Chango Méndez”, actualmente preso en el penal de El Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México.
Otro que ha sido denunciado en varias ocasiones por presuntos nexos con grupos criminales es Juan José Farías Álvarez, “El Abuelo Farías”, identificado como supuesto integrante del cartel de “Los Valencia”, actualmente “Cartel Jalisco Nueva Generación”.
A Farías Álvarez se le considera jefe de plaza de Tepalcatepec, y lugarteniente del Cartel Jalisco Nueva Generación, quien presuntamente estaría encargado de operar no sólo en el municipio terracalenteño, sino también en Sahuayo, Jiquilpan y Aguililla.
En 2014, Farías Álvarez, ya como líder del movimiento de autodefensas, fue captado en reuniones con el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes.
Un grupo más es el de “Los Justicieros”, que se dio a conocer a través de mantas que aparecieron en Lázaro Cárdenas, colocadas el 7 de febrero del año pasado, apenas unos cuantos días antes de la visita del Papa Francisco a Morelia, Michoacán.
Dicho grupo se considera un brazo armado de la célula encabezada por “El Cenizo” quien se disputa el territorio de la Sierra-Costa contra “El Gallito”, principalmente el puerto debido a la relevancia que posee para el ingreso y el trasiego de droga a otros países.
Antecedentes inmediatos de la delincuencia organizada en Michoacán
En Michoacán, la operatividad del narcotráfico, se desveló a principios del año 2000, mientras aún mantenía la principal operatividad del trasiego de droga el denominado cartel de “El Milenio”, también conocido como el “Cartel de Los Valencia”, contra el que se enfrentó el “Cartel del Golfo” cuando se estableció en Michoacán, a finales de la década de los noventa.
“El Cartel del Golfo” asignó Carlos Rosales Mendoza, “El Tísico”, como su representante en Michoacán, quien, con apoyo de “Los Zetas”, adiestró a Nazario Moreno González, “El Chayo”; Servando Gómez Martínez, “La Tuta” y Jesús Méndez Vargas, “El Chango Méndez”, como sus sicarios.
“El Tísico”, fue considerado como el segundo mando más relevante del “Cartel del Golfo”, tras la aprehensión de Osiel Cárdenas Guillén, el 14 de marzo del 2003 en Matamoros, Tamaulipas.
Posteriormente, Carlos Rosales fue capturado el 24 de octubre del 2004, y con ello, “El Chayo”, “La Tuta” y “El Chango Méndez” fundaron “La Familia Michoacana”, cartel que apareció a la luz pública el 7 de septiembre del 2006, cuando las cabezas de 5 personas fueron lanzadas a un bar de Uruapan, en su lucha contra “Los Zetas”.
Una vez que Felipe Calderón Hinojosa, entonces presidente de México, declaró la guerra al crimen organizado y envió elementos de El Ejército a Michoacán, se logró la captura de “El Chango Méndez” el 21 de enero del 2011, además de que el gobierno federal, tras una serie de enfrentamientos ocurridos el 10 de diciembre del 2010, anunció el abatimiento de Nazario Moreno, sin poseer ni presentar el cuerpo del líder criminal. No obstante, dicho acontecimiento fue desmentido en el 2014, con un nuevo anuncio de su muerte.
Con la captura de Jesús Méndez, y previo a ello, un desacuerdo entre éste y “El Chayo”, motivaron el surgimiento en 2011 “Los Caballeros Templarios”, quienes fueron considerados como el cartel hegemónico hasta su desarticulación en 2014.
Dicha organización criminal estuvo encabezada por Nazario Moreno, abatido el 15 de marzo del 2014; “La Tuta”, aprehendido el 27 de febrero del 2015; Dionisio Loya Plancarte, “El Tío”, capturado el 27 de enero del 2014 y Enrique Plancarte Solís, “El Kike Plancarte”, abatido el 31 de marzo del 2014.
Tras el inicio de la operatividad de la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, así como la luchas de las autodefensas, se logró la desarticulación del cartel de “Los Caballeros Templarios”, y la delincuencia organizada se fragmentó en células criminales que actualmente luchan por apoderarse del territorio michoacano.
Ejemplo de ello, fue el asesinato de Carlos Rosales el 28 de diciembre del 2015, quien, tras salir libre de la cárcel en 2014, se reunió con liderazgos criminales en el predio Las Cortinas, ubicado en el municipio Parácuaro. Entre los cabecillas delincuenciales que el procurador de Justicia de Michoacán, José Martín Godoy Castro, identificó asistieron a la reunión, y por ende se les adjudicó el homicidio, mencionó a “El Cenizo”, “El Chanda” y “El Americano”, entre otros.
Actualmente, a los grupos criminales mencionados que mantienen la operatividad en el estado, se suma el “Cartel Jalisco Nueva Generación”, anteriormente identificado como “El Cartel del Milenio”, y que actualmente encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.
Incidencia delictiva en las regiones de operatividad del crimen organizado
Desde la desarticulación del cartel de “Los Caballeros Templarios”, a través del combate de grupos de autodefensa, policías federales, el Ejército Mexicano, La Marina y Sedena, así como el trabajo de la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán que encabezó en 2014, Alfredo Castillo Cervantes, la incidencia delictiva registrada en dicha anualidad fue de 35 mil 369 ilícitos que no contrastan cuantiosamente con los 32 mil 557 delitos cometidos y registrados en 2016, de acuerdo con los datos publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Las actividades delincuenciales se han enfocado principalmente en los llamados delitos de alto impacto, como lo son el homicidio, el secuestro y la extorsión, crímenes del fuero común que, para el caso del 2014, mientras aún operaba la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, se registró un total de 904 homicidios dolosos, 449 de ellos perpetrados con arma de fuego y 76 con arma blanca; además, se cuantificaron 757 extorsiones y 83 privaciones ilegales de la libertad.
Para el 2015, ya en la administración encabezada por Salvador Jara Guerrero y posteriormente, el 1 de octubre que asumió el gobierno Silvano Aureoles Conejo, además ya sin la operatividad de Alfredo Castillo, las estadísticas señalan una incidencia delictiva de 30 mil 898 ilícitos cometidos. En cuanto a homicidios dolosos se refiere, se registraron 777, de los cuales, 386 fueron ejecutados con arma de fuego y 74 con arma blanca; al igual que se cuantificaron 43 extorsiones y 31 privaciones de la libertad.
En 2016, ya con Aureoles Conejo como mandatario estatal, la cantidad de homicidios dolosos registrados fue de mil 287, es decir, la cifra más alta de los tres últimos años. De tal cantidad, 875 se efectuaron con arma de fuego y 92 con arma blanca, mientras que, en el caso de las extorsiones, se cuantificaron 18 casos y se notificaron 25 privaciones de la libertad.
La Secretaría de Gobernación ha referido que el 48 por ciento de los homicidios dolosos se concentran en 50 municipios del país, entre los que destacan Morelia, Lázaro Cárdenas, Uruapan y Zamora, en el estado de Michoacán.
Sumado a ello, el secretario de Seguridad Pública de Michoacán (SSP), Juan Bernardo Corona Martínez, ha detallado que, a nivel local, son alrededor de 10 municipios los considerados focos rojos en cuanto a incidencia delictiva.
De acuerdo con el Semáforo Delictivo, sustentando en el estudio emanado por Lantia Consultores, Michoacán se ubicó en el segundo sitio a nivel nacional en el 2016, en cuanto a tasa de ejecuciones perpetrados por el crimen organizado, por cada 100 mil habitantes, pues se cuantificaron mil 203, solo por debajo de Guerrero con mil 847.
Asimismo, en 2015, según el Semáforo Delictivo, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes ubicó como el principal foco rojo al municipio de Múgica con 44.5 casos; seguido de Apatzingán con 43.7; Lázaro Cárdenas con 36.9; Huetamo con 31; Zamora con 29.6; Buenavista Tomatlán con 28.4; Jacona con 23.4; Morelia con 20.8; La Piedad con 20.1, y Los Reyes y Uruapan con 18.7 en ambos casos.
Finalmente, ante la incapacidad de las autoridades estatales y federales, de acuerdo con el estudio de Lantia Consultores sobre “Inseguridad 2013-2015”, se revela “la expansión territorial de estos grupos (grupos de autodefensa en el combate contra el crimen organizado), inició en Guerrero y Michoacán. Para finales de 2014 los grupos de autodefensa en Michoacán tenían operaciones en 33 municipios —56% del territorio estatal—, mientras que en Guerrero estos grupos operaban en 53 municipios —57% del territorio estatal”.
Sin embargo, el 11 de febrero del año pasado, el gobernador Silvano Aureoles Conejo declaró la extinción oficial de los grupos de autodefensa, durante un acto protocolario en el que se entregaron reconocimientos a ex integrantes de este movimiento, por lo que añadió que, a partir de dicho momento, la tarea de la seguridad pública quedaría en manos de la autoridad estatal.