Ante la inexistencia de producción de aluminio primario en el país, el Gobierno de México elimina los aranceles anteriormente impuestos a la importación de este metal, con el fin de satisfacer las necesidades de industrias fundamentales.
Ciudad de México.- Tras reconocer la ausencia de producción de aluminio en bruto primario en territorio nacional, las autoridades mexicanas han retirado los aranceles del 20 al 35 por ciento que se habían instaurado el 22 de abril sobre el aluminio foráneo.
Mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el gobierno de México elimina los aranceles del 35 por ciento para las importaciones de aluminio sin alear y del 20 por ciento para las aleaciones de aluminio que se habían proclamado el mes pasado.
El Poder Ejecutivo admitió “que actualmente no se cuenta con producción nacional de aluminio en bruto primario (sin alear y aleado), y la disponibilidad de dicha mercancía en países con los que México tiene celebrado un tratado internacional en materia comercial es insuficiente”.
Esta circunstancia, señaló, obstaculiza el abastecimiento de las demandas de las industrias automotriz, de autopartes, y electrónica, entre otras.
Los aranceles al aluminio importado formaban parte de un conjunto de más de 500 aranceles nuevos o incrementados que el Gobierno de México había decretado en abril de 2024, incluyendo productos de acero, textiles, químicos y plásticos.
En aquel entonces, se argumentó que las medidas eran para “brindar certidumbre y condiciones de mercado justas a los sectores de la industria nacional que enfrentan situaciones de vulnerabilidad, derivado de las prácticas que alteran y afectan el comercio internacional” y para fortalecer la industria local y el mercado interno.
La Cámara Nacional de la Industria del Aluminio (Canalum) valoró en una declaración a la Secretaría de Economía “por su sensibilidad para atender” la petición de eliminar los aranceles de este metal “considerando las capacidades y necesidades de las empresas mexicanas”.
La controversia respecto al acero y el aluminio surgió en febrero, cuando desde Washington se alertó que podrían reinstaurarse aranceles a estos materiales de México, acusando a firmas asiáticas, especialmente de China, de emplear al país como intermediario para sus exportaciones hacia Estados Unidos.