Memoria e imaginario colectivo en las luchas populares mexicanas
Foto. Cortesía

Por: Enrique Rivera Hernández.

La memoria se puede considerar en varios sentidos, pero para fines de este escrito se plantea primero, la perspectiva cognitiva, que considera la memoria como el proceso que ocurre desde codificar datos, hechos, abstraerlos de la realidad concreta, almacenarlos y recuperarlos cuando esto sea necesario.

Dicho proceso se da por medio de los sentidos, oído, olfato, tacto, vista y gusto.

De tal manera, que los sonidos, las imágenes, los olores e incluso los sabores permiten activar la memoria por medio de la sensación y la percepción, que activan todo el sistema nervioso central y el cerebro del sujeto.

Acto seguido, la imaginación desde la misma perspectiva considera que el sujeto puede crear, recrear, simular, hechos, objetos o contextos, incluso sin recurrir a los sentidos primarios en un primer momento, pero sí, recurriendo a la memoria de lo ya vivido, desde lo objetivo y lo subjetivo.

Por otra parte, la memoria desde lo sociológico, lo colectivo, se podría plantear como los hechos que ocurrieron en determinado lugar, determinada fecha, en donde se pronunciaron ciertas palabras, sonidos, colores, olores. Hechos en donde estuvieron como espectadores o participantes un grupo de personas que permite vivir hasta cierto punto la misma experiencia a todos los ahí presentes.

Vivencias probablemente con algunas peculiaridades, pero en un sentido general similares.

La memoria colectiva, es compartida, transmitida, por medio de la palabra, por medio de los diversos lenguajes artísticos como pintura, ensayos, poesía, literatura, cine, teatro, danza, escultura, arquitectura y demás, e incluso por lenguaje de señas.

La memoria colectiva es recreada con cierta certeza según quienes la transmiten, apoyándose en monumentos, edificios, escritos, imágenes, sonidos, música.

Por otro lado, el imaginario colectivo, se podría considerar como esos símbolos, leyes, costumbres morales e incluso éticas o tradiciones culturales comunes, que tienen un significado en todos los sujetos que forman una comunidad.

En el imaginario colectivo, se crean, recrean, analizan, idealizan, hechos históricos, sociales, que fortalecen o debilitan el proceso de identidad de las personas, hechos económicos, políticos, ambientales, culturales, que pueden servir para fortalecer el andar social o para evitar repetirlos por lo trágico que han resultado para la comunidad.

Ejemplo de estos hechos sociales que impactan en la memoria y el imaginario colectivo son, las luchas populares contemporáneas en México.

El inicio de la “guerra sucia” en México con la matanza, arrestos y tortura de civiles a partir del día 6 de julio de 1952 en el sexenio de Miguel alemán Valdés.

El ataque al cuartel militar de ciudad Madera el día 23 de septiembre de 1965 en el Estado de Chihuahua, el 2 de octubre de 1968, en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco siendo presidente Gustavo Díaz Ordaz.

El 10 de junio de 1971, conocido como “el jueves de corpus” o “el halconazo” en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez.

La masacre de Aguas Blancas que ocurrió el día 28 de junio de 1995 en el estado de Guerrero, la matanza en Acteal Chiapas el día 22 de diciembre de 1997, ambos hechos ocurridos en el sexenio del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

La desaparición forzada de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en el Estado de Guerrero, durante el periodo presidencial de Enrique Peña Nieto.

Esto por mencionar tan solo algunos hechos sociales trágicos, ocurridos a partir de buscar iniciar una lucha popular, la mayoría con tintes de generar democracia, libertad de expresión, justicia.

Hechos sociales, que observados desde la perspectiva de la memoria y el imaginario colectivo no pueden ser olvidados, manipulados, tachados, pues son y han sido elementales tanto en el pensamiento como en la evolución del comportamiento de la población, en la lucha ideológica y en la constitución del Estado Mexicano.

Hechos sociales que tiene que ser recordados, analizados y difundidos con el firme objetivo de evitar la repetición de los mismos.

Por ello es importante abordar la memoria y el imaginario colectivo de vez en vez.

Con la creación y expansión de los medios de comunicación, este imaginario colectivo ahora comparte con otras comunidades su patrimonio simbólico. Con estos cambios se ha creado un nuevo término llamado “aldea global” que corresponde a la unión de todas las comunidades en una.

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Según Francesco Varanini (2012), existen dos formas de imaginación colectiva: la primera es la imaginación que explora lo desconocido y la segunda la imaginación que la explica, la imaginación explícita.

El imaginario colectivo se compone por:

1- Imaginación

La imaginación puede definirse como la capacidad de la mente que permite la creación y la representación de objetos. La imaginación nos permite ver alrededor para ver lo que no está allí.

En el imaginario colectivo, la imaginación es una facultad incongruente, individual y social al mismo tiempo, ya que no se sabe y no se puede decir con exactitud dónde termina la imaginación individual y dónde comienza la imaginación colectiva.

Según Etienne Wenger (1998), el carácter creativo de la imaginación está anclado en interacciones sociales y experiencias comunales. La imaginación en este sentido no es solo la producción de fantasías personales, ya que lejos de una retirada individual de la realidad, es un modo de pertenencia que implica siempre el mundo social para ampliar el alcance de la realidad y la identidad.

A través de la imaginación, cada uno puede localizarse en el mundo y en la historia e incluir en sus identidades otros significados, otras posibilidades, otras perspectivas.

Es a través de la imaginación que se ven las propias prácticas como historias continuas que llegan hasta el pasado, y es a través de la imaginación que se conciben nuevos desarrollos, se exploran alternativas y se ofrecen posibles escenarios futuros.

2- Símbolos

El término símbolo se compone de dos partes: el significante (que es algo que pertenece a la realidad concreta) y el significado (representación abstracta que puede ser determinada por una religión, una nación, un hecho histórico, etc.).

Existen símbolos conocidos solo por una ciudad, estado, país o pueden haber algunos conocidos en todo el mundo.

El imaginario colectivo implica una comunicación simbólica: creencias o mitos, acciones o rituales y símbolos sagrados o deidades.

Cornelius Castoriadis (1975), habla sobre el poder de los símbolos y la imaginación, y el filósofo Cornelius Castoriadis (1987), establece que los individuos y las sociedades asimilan el mundo de maneras imaginarias y simbólicas.

3- Conceptos

Es una idea o noción, una concepción de algo hecho por la mente y expresado por palabras, alegorías, comparaciones o representaciones simbólicas.

Hay conceptos que son universales, así como hay conceptos individuales que son considerados más abstractos ya que pueden ser algo subjetivos.

4- Memoria

La memoria es la capacidad para almacenar y recuperar datos o información. La memoria no es imaginación pero estas dos son cómplices. La imaginación hace lo que hace el historiador. Según Kant, la historia es el pasado hecho presente, y la imaginación es la fusión de pasado y presente, de presente y futuro.

La memoria puede ser individual o colectiva. En el caso del imaginario colectivo, se trabaja con datos que pueden ser expresados por un cierto grupo de personas y que tienen un significado en común.

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