“Si usted no lee el periódico está desinformado, si usted lo lee, está mal informado”
Mark Twain.
Desde siempre, los medios de comunicación han jugado un papel de vital importancia en la sociedad, son un factor de poder imprescindible, sin embargo, también han fungido como fieles operadores de ciertos grupos de poder que mediante la información o desinformación buscan insertar ideas a la sociedad de acuerdo con las necesidades de estos, claro, siempre y cuando exista un tentador convenio de por medio. El imaginario creado por los medios de comunicación juega un papel fundamental en lo que tanto espectadores como sujetos históricos hacemos, pensamos, o creemos. Nuestra visión de los hechos se construye desde afuera y como sujetos históricos la construimos desde lo que concebimos como el actuar.
La situación por la que la sociedad atraviesa en estos momentos es un claro referente para ejemplificar lo que ya se mencionó. La oleada de información acerca de la pandemia del COVID-19 que como ya sabemos y lo estamos viviendo, viene acompañada de unos cuantos reveses, ha sido un problema constante y una herramienta infalible para manipular a una sociedad que se alimenta de contenidos falsos a través de televisoras con noticieros basura. Los medios de comunicación se han convertido en actores políticos desestabilizadores financiados, en su mayoría por el sector más miserable de México, los empresarios.
Las fake news seguirán inundando nuestros chats, nuestras redes sociales. Seguirán culpando al gobierno federal, y en concreto, al representante del ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador de lo que los gobernadores no han hecho, que es estar al pendiente de lo que ocurre en los estados para garantizar que las medidas de prevención se lleven a cabo. Seguirán acusando al presidente de derrochar dinero en un estadio porque leyeron el encabezado de una nota; seguirán viralizando a un influencer o actor de televisión que conmovido se graba informando que hay doctores durmiendo a lado de los cuerpos de las víctimas del COVID-19; seguirán posteando que atiendan las medidas de prevención que comparte el presidente, de otro país, sí, de esos en donde el sistema de salud ya colapsó y los muertos ya son miles; seguirán creyéndole a una televisora que lo la único que ha hecho ha sido explotar a sus empleados y evitar pagar impuestos.
El gobierno de México encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no la tiene fácil, sin embargo, las conferencias diarias encabezadas por expertos en el tema no son una nimiedad. La responsabilidad de los medios de comunicación con respecto a la información que vierte al público debe de ser garantizada, y de lo contrario, castigada. Llamar a la población mediante esta herramienta, no es leal, no es humana, prestarse a ser voceros de noticias que generan psicosis no es legal, hay un castigo y se debe cumplir, no abusemos de la libertad de expresión. El reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud, lo sabe, lo estamos haciendo bien, todo depende del noticiero de donde se informe.
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