Alguna vez José Antonio Meade nos dijo que era muy difícil hacer política desde la Secretaría de Hacienda. Eran tiempos difíciles. Poquito después del gasolinazo de principios de año. Le llovieron las críticas por el incremento a los combustibles. Lo calificaron de cadáver político. Pero se le alinearon las estrellas y al final resultó la versión moderna de san Lázaro.
Ayer fue “destapado” a la vieja usanza del PRI. Finalmente, los “despistados” —como llamó el presidente Peña a los que adelantaron que sería Meade— andaban muy “atinados”.
Eso fue lo único que le sobró a la declaración que el jueves hizo el primer mandatario en la Paz, Baja California Sur, cuando le puso los puntos a las íes a Luis Videgaray, líder del grupo itamita al que pertenece el futuro abanderado presidencial, luego de que se volcó en alabanzas hacia Meade, en lo que fue interpretado como un desplante del canciller frente a su jefe.
Los sectores del PRI se pronunciaron ayer por José Antonio Meade, hombre austero, sencillo, con experiencia probada —ha sido cinco veces secretario de Estado—, pero con limitada experiencia política, sin mucho arrastre, y, por lo que sabemos, sin intenciones de afiliarse al otrora partidazo.
Habrá que darle tiempo a la curva de aprendizaje.
La legendaria disciplina del PRI hace posible lo nunca visto: en cosa de minutos los sectores y organizaciones del tricolor adoptaron como suyo a un no militante de ese partido.
Lo extraordinario fue mas allá: panistas como Ernesto Cordero, exaspirante a la candidatura presidencial de ese partido, itamita como Videgaray y Meade, no ocultaron su satisfacción. El presidente del Senado no tuvo empacho en declarar que el PRI escogió “su mejor carta” .
Otro legislador del PAN, Javier Lozano, ya nos había dicho que en un esquema de voto útil entre Ricardo Anaya y Meade, votaría por el futuro candidato del PRI.
El cetemista Carlos Aceves del Olmo lo llamó “el candidato de la esperanza real”, el que no da saltos para atrás.
Lo mismo ocurrió en la CNC, que encabeza Ismael Hernández Deras, en la CNOP, Arturo Zamora; la FSTSE, Joel Ayala: las Organización de Mujeres Priistas, Hilda Flores Escalera, los jóvenes y el MT.
Anoche mismo le entregó a la Comisión Permanente del partido su solicitud de registro como candidato a la Presidencia de la República. Los tres que se quedaron en el camino —Osorio, Narro y Nuño— ya se sumaron a Meade.
La liturgia del PRI en su máximo esplendor.
- Nos fuimos directamente a la sede de la CNOP en la plaza de la República. Queríamos ver el primer contacto entre Meade y los integrantes del sector popular. El recién destapado, oficialmente, estaba anunciado a las 14:30. Llegó a las 16:10 horas.
Entró al salón en mangas de camisa y despeinado. Un asesor le dijo algo al oído. Se arregló el pelo. Una breve intervención del aspirante siguió a los entusiastas gritos de ¡Vamos a ganar! ¡Pepe, Presidente! o ¡Pepe, amigo, la CNOP está contigo!
Meade pidió apoyo y ayuda a los asistentes que abarrotaron el salón donde el aspirante presidencial se topó con la cara sonriente de Luis Donaldo Colosio, plasmada en una imagen dibujada en la pared del fondo del salón donde ocurría el acto.
Ni Manlio ni Gamboa asistieron a la CNOP. Ambos fueron dirigentes de sector popular. Sus retratos sí estaban. Ellos no. Sabemos que Manlio se inclinaba por el doctor José Narro.
Emilio está muy cerca del presidente Peña. “Andaba operando otras cosas”, nos dicen en el entorno del coordinador de los senadores del PRI. Agregan que la ausencia de Gamboa Patrón nada tiene que ver con un gesto de inconformidad. Vimos, eso sí, a muchos senadores del tricolor: Cristina Díaz, Enrique Burgos, Miguel Ángel Chico, entre otros.
Por cierto que Pepe Meade come este martes con los senadores y allí estará Gamboa.
- Le pedimos opinión de lo que ayer ocurrió al exconsejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, director de general de Integralia Consultores. El hombre, que sabe de estas cosas, asegura que Meade es la mejor apuesta que pudo hacer el PRI.
Sustenta su afirmación en números que arrojan las encuestas. El piso del partido, el llamado voto duro, anda en 20 por ciento. El techo es muy bajo. No pasa de 25-28 por ciento “porque es el partido con más negativos en México”.
“La única forma de que el PRI gane en 2018 es jalar 4 o 5 puntos de gente que vote por un candidato como Meade, a pesar del PRI. Esto es, detonar el voto útil de manera anticipada. Frente a las grietas del Frente Ciudadano por México, ese efecto puede ser vital”.
Sobre las porras, unidad y sonrisas que vimos ayer en las visitas de Meade a los distintos sectores, Ugalde reflexionó: “Ya veremos si eso se traduce en brazos activos con las bases del partido, donde Osorio era el preferido, o si se da una suerte de rebelión de brazos caídos…”.
Otro que tenía razón al adelantar lo que pasaría en el PRI es Andrés Manuel López Obrador. El también futuro candidato presidencial, pero de Morena, fue de los que adelantó que Meade sería el abanderado de lo que llama “la mafia en el poder”. Vaticinó también que a Osorio lo iban a “cepillar”.
Dicho y hecho.
Habrá también que ver que priista le pondrán de sparring a Meade para tener acceso a la cascada de spots que se nos vienen en Radio y Televisión por la campaña interna de los partidos. La Ley prohíbe los spots a las agrupaciones políticas que vayan con candidato único a las elecciones.
No veo en el papel de comparsa a la rebelde yucateca Ivonne Ortega, aspirante “por la libre” a la candidatura presidencial. Pero ya no contesta llamadas ni mensaje por WhatsApp.