Miles de personas desfilaban este domingo en las calles de Roma para pedir el “no” en el referéndum del próximo domingo en Italia, que plantea reformar la Constitución para quitarle al Senado su labor legislativa.
Con esta reforma, el gobierno de Matteo Renzi (centroizquierda) quiere lograr una mayor estabilidad política en un país que tuvo 60 gobiernos desde 1946, así como acelerar el proceso legislativo que quedará en manos de la Cámara de Diputados.
La propuesta prevé, entre otras cosas, que los diputados sean los únicos en votar las mociones de confianza y la mayoría de las leyes, aunque una ínfima parte de éstas seguirán siendo competencia del Senado.
Según los últimos sondeos publicados hace una semana -la ley italiana prohíbe la publicación de encuestas en los 15 días anteriores a una votación-, el “no” ganaría por varios puntos de ventaja, aunque el número de indecisos era muy alto.
“Estamos por el ‘no’ porque pensamos que esta reforma constitucional representa la cima de una serie de reformas que van contra los intereses de los ciudadanos y que se trata de constitucionalizar la exclusión de los ciudadanos de la participación en la vida democrática”, opinaba Federica, miembro del comité Estudiantes por el ‘no’.
Más allá de esta reforma, el principal denominador común de los manifestantes era su oposición al gobierno de Renzi.
En Roma se reunió gente de toda Italia: los opositores a la línea de tren transfronterizo de alta velocidad Lyon-Turín, los que critican la presencia de grandes cruceros en Venecia, los partidarios del derecho a la vivienda, los estudiantes, la izquierda y extrema izquierda o quienes perdieron sus ahorros tras la bancarrota de algunos bancos.
Algunos manifestantes, que desfilaron bajo una alta vigilancia policial, tiraron huevos contra el Banco de Italia. La protesta, en la que se oyeron numerosos eslóganes en homenaje al fallecido líder cubano Fidel Castro, terminará con un concierto en una plaza del centro de la capital italiana.