La marcha del 8M en Morelia destaca por sus fuertes consignas y acciones directas contra la violencia de género
Morelia, Michoacán.- Entre gritos, consignas de justicia, así como pintas y martillazos a puertas y ventanas de negocios e instituciones públicas instalados a lo largo de la avenida Madero, las colectivas feministas del ‘Frente Violeta’ se movilizaron con motivo del Día Internacional de la Mujer, denominado como la “marcha del 8M”.
Desde las 17:00 horas, varias mujeres se aglutinaron en tres frentes: un primer contingente que partió desde el jardín Morelos, otro desde la avenida Ventura Puente, y uno más desde la avenida Acueducto, para encontrarse y mantener el paso de la marcha desde el Acueducto.
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Durante el recorrido, las organizadoras advirtieron a todos los varones que acudieron a la movilización, desplazarse por las banquetas, mientras el contingente, ya unido, del Frente Violeta, transitaba por en medio de la avenida, pronunciando consignas contra los feminicidios y las injusticias de las que han sido víctimas, históricamente las mujeres.
Ambientadas con música, las múltiples voces de las asistentes a la marcha, formaron una voz para entonar consignas como “mujeres unidas, jamás serán vencidas”; “el que no brinque es macho”; “señora no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”, “aborto sí, aborto no, eso lo decido yo”.
Al frente del contingente, el denominado ‘Bloque Negro’, caracterizado por realizar pintas y martillar cristales de ventanas y puertas de negocios e instituciones públicas como la sede del Congreso del Estado y el Palacio de Gobierno, encabezó la protesta.
Los primeros puntos de las pintas se registraron entre los pilares de cantera del Acueducto de Morelia, seguido de pintas alrededor de la fuente de las Tarascas, y encima de éstas, colocaron mantas con la leyenda: “la niña que abusaste regresó. Las niñas no están solas”, posteriormente continuaron colocando carteles de presuntos agresores, pintando con aerosol leyendas sobre los edificios que se ubican en el primer cuadro de la ciudad.

A su paso, medios de comunicación que intentaban registrar los acontecimientos emprendidos por las asistentes a la marcha, se vieron impedidos ante la negativa y la amenaza de integrantes del Bloque Negro, quienes eran apoyadas por dos varones que bloqueaban lentes fotográficas y celulares que intentaban captar los momentos de las pintas y los destrozos.
Incluso, algunas mujeres del Frente Violeta, ajenas al Bloque Negro, apoyaron la medida, so pretexto de resguardar las identidades de las integrantes de éste.

Entre los momentos más álgidos de la movilización, se suscitó al paso de las feministas por el templo de Las Monjas, donde integrantes de grupos “pro vida”, realizaron una cadena humana para impedir pintas y destrozos, mientras integrantes del Bloque Negro les rociaban agua y espuma en el rostro a algunos de éstos, a su vez que el contingente del Frente Violeta consignaba: “recen su rosario, entre mis ovarios”, “aborto sí, aborto no, eso lo decido yo”.


Los siguientes momentos álgidos tuvieron lugar en las sedes del Poder Legislativo, donde las inconformes realizaron pintas y destrozaron vidrios, acción que se replicó en Palacio de Gobierno, donde la puerta había sido cercada con una estructura metálica, misma que, entre martillazos, patadas y empujones, cedió.


Sin embargo, a diferencia de años anteriores, en esta ocasión no se registraron agresiones y confrontaciones contra elementos policiales estatales o municipales.
Nuestros derechos no son un voto impolítico
A su arribo a las afueras de Palacio de Gobierno, realizaron un pronunciamiento en el que una de las integrantes de las colectivas expresó: “nuestro grito es de exigencia por una vida libre de violencia. Y la forma de nombrar y exigir por todas las que nos faltan y decir, ¡no las olvidamos! ¡Ni una más! ¡Ni una más! Tomamos las calles porque las mujeres somos mayoría, pero tenemos menos derechos”.
Y agregó: “las mujeres representamos el 52 por ciento de la población mexicana, pero tenemos sueldos más bajos y un Estado que no atiende nuestras necesidades básicas. Hoy tomamos las calles porque cada dos horas una mujer es asesinada a manos de un hombre, donde la mayoría de las ocasiones fue su pareja o un familiar cercano, donde la mitad de los feminicidas nunca enfrentan sentencia condenatoria, dejándonos desprotegidas y nos siguen matando con la más burda de las impunidades”.
La vocera de las colectivas del Frente Violeta insistió, entre gritos, consignas y manifestaciones de apoyo del resto de las marchantes: “la pobreza tiene rostro de mujer, y a pesar de que las mujeres trabajan más, seguimos siendo las más pobres entre los pobres. Nuestras dobles y triples jornadas no son reconocidas ni remuneradas, nos pagan menos por los mismos trabajos que hacen los hombres, a pesar de que elaboramos 12 por ciento más horas al mes que ellos”.
“Tomamos las calles porque el Estado no ha creado instituciones que procuren el cuidado de las infancias y personas mayores, donde las labores de cuidado recaen en nosotras, lo que impide que podamos insertarnos de manera plena en el ámbito laboral y restringe nuestras posibilidades de un trabajo formal y digno”, continuó.
Y reiteró: “tomamos las calles porque a pesar de que el 50 por ciento del Congreso son mujeres, el presupuesto federal para el cuidado ha caído en un 33 por ciento desde 2016. Tomamos las calles porque las mujeres cuidamos a todos, pero nadie nos cuida a nosotras. No olvidemos que este es un año electoral, pero no como otros años. Por primera vez en la historia se llevarán a cabo elecciones para jueces y magistrados del Poder Judicial, un poder que nos ha dado la espalda una y otra vez, que ha permitido la impunidad de nuestros agresores y que nos debe mucho a la lucha feminista. Y con toda esta nueva forma de designación de jueces y magistrados veremos cómo en cualquier cargo de elección popular, la postulación de personas agresoras seguirá llegando a puestos de poder y de impartición de justicia, apoyados por políticos, sin el interés de ver por nosotras”.
La vocera de las colectivas, remató: “¡que se escuche bien fuerte! La legalización del aborto en Michoacán es una victoria de las mujeres michoacanas, no de un partido político ni del gobierno, es el resultado de décadas de lucha y exigencia por parte de mujeres organizadas, activistas y colectivas feministas. Este logro no es una casualidad, es fruto del trabajo incansable de generaciones de mujeres que han enfrentado a la estigmatización, la criminalización y la violencia para garantizar que hoy el aborto sea legal. ¡Nuestros derechos no son un voto impolítico!”.