Marchas y presiones tienen razón de ser con casos como el del feminicida Diego Urik coinciden colectivas en la antesala del 8M
Morelia, Michoacán.- Casos como el del feminicida Diego Urik Mañón Melgoza son ejemplo del porque las marchas y la presión feminista tienen razón de ser, exalta Maricela Montero de la colectiva Incendiarias, una de las agrupaciones más aguerridas que hay en Michoacán.
“La despenalización del aborto en varios estados, es sin duda un ejemplo tangible de lo que las mujeres podemos lograr”, menciona en la antesala de la conmemoración por el Día Internacional de la Mujer, pero a la vez lamenta que en Michoacán el tema esté estancado y sumido en la ideología de las legisladoras.
Los logros son parte de la enseñanza que las feministas quieren dejar a las niñas que vienen detrás, sobre todo al fincar en las nuevas generaciones que, las decisiones de las mujeres son válidas, “pues la función de la mujer no se centra en maternar y ser madre”, expresa.
En Michoacán, uno de los casos concretos de las marchas del 8M, fue la pena que se le impuso a Diego Urik, al ser declarado responsable de feminicidio y condenado a la pena máxima, reitera, sin embargo, lamenta que esa misma justicia no la alcance todo el sector femenino que es violentado.
“La presión hacia las autoridades realmente sirve para algo, que en este caso pudo haber quedado en el olvido, como cientos de investigaciones para las cuales no hay resolución ni condena”.
Pero a la par, las marchas y presión de las mujeres han llevado a que las y los legisladores aprueben leyes y mecanismos a favor de éstas, sobre todo porque en las manifestaciones se visibiliza la violencia hacia este sector.
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La violencia vicaria o la admisión de la Ley Olimpia, son logros feministas, sostiene al afirmar que a través del movimiento se dio cuenta de la violencia digital que enfrentan un sin número de mujeres.
Para Sofía Blanco de la colectiva Mujeres Andando Procesos por Autonomías Sororales (MAPAS), las manifestación de las mujeres no es algo nuevo, sin embargo, el movimiento si se ha robustecido en los últimos años, evidenciando sobre todo los casos de feminicidio que se han dado en el Estado.
La conmemoración en torno del 8M se ha presentado de diferentes formas, hace 20 años las manifestaciones se hacían con temáticas artísticas, poco a poco se fueron volcando en mítines y marchas, pero la exigencia sigue siendo el tener un abanico de derechos que no impidan el desarrollo de las mujeres.
La apropiación del espacio público en sí, ya es un logro, algo importante al ser históricamente un lugar para los hombres o en su caso para minimizar a las sexoservidoras, indica.
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“Un espacio en el que históricamente las mujeres públicas era consideradas putas y ahora nos unimos a las putas y somos también todas, si hay mucho por hacer pero también hay muchos logros que se visibilizaron y que deben de visibilizarse”, resume.