López Obrador no la dejó pasar. Otra vez sacó a relucir al “innombrable” (Carlos Salinas) al reaccionar al nombramiento de Otto Granados como secretario de Educación. Parecía muy seguro de que Peña “le regaló un golazo a la Zidane” —para utilizar los términos del buen Federico Arreola— al poner al otrora vocero de Salinas de Gortari como sucesor de Aurelio Nuño, futuro coordinador de la campaña de Meade.
El líder en las encuestas sobre preferencias electorales —Reforma y El Universal lo colocan por encima de todos los demás— no parece ni tantito preocupado por el impacto negativo que pudiera tener la controvertida propuesta de amnistía a los jefes del narco. Hasta da la impresión de que le da lo mismo lo que piensen los secretarios de Defensa, Salvador Cienfuegos, y de Marina, Vidal Francisco Soberón, de las acusaciones que les hizo de que los utiliza “la mafia en el poder” para atacarlo.
Despacio que voy de prisa, diría Napoleón. No hay mediciones todavía sobre el impacto que tendrá la propuesta en un electorado que sufre hace más de una década de una violenta guerra al crimen organizado. Es pronto para celebrar.
- El Peje se rio también de los pleitos que hay en el Frente Ciudadano por México por el reparto de las candidaturas.
Uno de esos pleitos lo protagonizan Mancera y Dante Delgado. El dueño del MC, públicamente, se alineó con el panista Ricardo Anaya para la candidatura presidencial del FCM.
Al jefe de Gobierno, quien también aspira a la grande, le pidió que se conformara con una senaduría pluri. Mancera le devolvió la flor. Ayer declaró, con sarcasmo, que Dante podría ser un buen “secretario de Agricultura”.
Así se llevan ya.
- Sobre el jaloneo en el Frente por las candidaturas, Andrés dijo:
“En el Frente hay más candidatos que ciudadanos; afuera de la oficina del Frente hay que poner una manta que diga: ‘maneje con cuidado, puede atropellar a un candidato. Está Mancera, está Anaya, está el de Puebla, hay no sé cuántos…’”.
- Dice Rafael Moreno Valle que uno de los errores graves que ha cometido el FCM fue desairar la propuesta de Nueva Alianza de sumarse a esa coalición que pretenden integrar PAN, PRD y MC. La condición que puso el presidente del Panal, Luis Castro, es que el candidato presidencial se eligiera en una consulta abierta. Lo batearon.
Castro se reunió ayer en la librería El Péndulo, de la Condesa, con José Antonio Meade.
El encuentro duró alrededor de dos horas.
El precandidato del PRI se abrió a lo que el Frente desechó.
Un comunicado de Eduardo del Río, hombre de todas las confianzas del precandidato, dice que ambos hablaron de la posible construcción de una coalición “partidista, social y ciudadana” capaz de ganar las elecciones del próximo primero de julio.
En la charla, ambos le dieron su rozón a AMLO. Coincidieron en que en las elecciones de 2018 se enfrentarán dos proyectos:
Uno liberal, democrático y moderno —el suyo— y otro del pasado —el de AMLO—, demagógico, autoritario, “que amenaza la estabilidad económica y el régimen de libertades”.
- La elección del nuevo auditor superior de la Federación está cerca de llegar a su plazo fatal. Los diputados deberán elegirlo antes del 15 de diciembre.
Aspirantes sobran. Hay 41. La mayoría son patito. Entre ellos hay dos que laboraron durante la administración de Javier Duarte en Veracruz.
Únicamente están registradas dos mujeres en la lista de aspirantes. La que tiene más posibilidades se llama Muna Dora Buchahin. Credenciales impecables. Es directora general de Auditoría Forense de la ASF. Tiene doctorado en derecho y es profesora universitaria.
Sus críticos dicen que su cercanía con el auditor saliente, Juan Manuel Portal, le resta posibilidades de suceder a quien, nos dicen, es su pareja.
Otro gallo con altas calificaciones es Gregorio Guerrero Pozas. Ha sido contralor del INE desde el 2008. Pasó también por la titularidad de la contraloría interna de Financiera Rural, Pemex, CNVB. Currículum robusto.
La bronca que tiene es que su hijo, Julio César Guerrero, fungió como jefe de la oficina de la SHCP con José Antonio Meade, precandidato del PRI a la Presidencia de la República.
Uno más que califica para ser auditor, según diputados que pertenecen a la Comisión de Vigilancia, es el oaxaqueño David Colmenares. Tiene 40 años de experiencia en fiscalización, diseño y operación del Presupuesto. Es experto en elaboración y fiscalización de la Cuenta Pública.
Uno más que puede quedar en la terna es Ángel Trinidad Zaldívar. Es jefe de la Unidad de Sistemas, Información y Transparencia de la ASF, e integrante del Consejo de Dirección del órgano fiscalizador.
Ángel protagonizó un rasposo episodio cuando fue consejero del IFAI. Tuvo diferencias con el entonces presidente de ese organismo, Gerardo Laveaga, al que calificó de “ignorante y perezoso”.
Se menciona también a Javier Olivas, quien estuvo como encargado de despacho de la Función Pública los dos primeros años del sexenio del presidente Peña y actualmente es magistrado del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
Hay otros dos poblanos cuyas posibilidades disminuyen por supuestos vínculos con Rafael Moreno Valle.
Uno es el contador Raúl Sánchez Kobashi, secretario de Finanzas con licencia del gobierno de Puebla. Este hombre se encargó de las denuncias de la Casa Blanca, cuando Virgilio Andrade era secretario de la Función Pública.
El otro es Alejandro Torres Palmer, secretario de la Contraloría cuando Moreno Valle era gobernador de Puebla.
El investigador del CIDE, Mauricio Merino, completa la lista de los que se mencionan con mayor frecuencia en los pasillos de la Comisión de Vigilancia.