Recientemente el presidente argentino, Mauricio Macri, manifestó su intención de reinsertar la facultad a las fuerzas armadas argentinas de intervenir en asuntos de seguridad interior, ello significaría que tanto el ejército como la marina y fuerza aérea pudieran operar en conjunto con las fuerzas policiales o por su propia cuenta para la realización de operativos y acciones que involucren la realización de algún tipo de crimen o acto que tenga que ver con la violación a la ley en todo el territorio de la nación.
En la práctica, esto significa otorgarle a las fuerzas armadas el permiso para que actúen como “policías” en el interior del país, situación que actualmente ocurre en otros países latinoamericanos como México, Colombia y Brasil, por cierto, todos ello con enormes índices de violencia.
Si bien es cierto que en las primeras décadas de independencia nacional de los distintos estados latinoamericanos, el ejército, o su equivalente, jugó también el rol de policía del interior, gradualmente se fueron creando unidades y posteriormente instituciones, que separaban las labores de protección y estabilidad interior de las que involucraban amenazas externas, como desastres naturales o invasiones extranjeras.
En realidad, la mayoría de los países del mundo tienen tanto fuerzas policiales como fuerzas armadas completamente separadas entre sí respecto a sus funciones, esto debido a que los roles que le corresponden a cada institución es distinto, y por ende tanto la capacitación y las acciones de cada miembro de dicha institución están enfocadas en propósitos distintos.
La policía tiene como propósito asegurar el cumplimiento de la ley y detener a los infractores de ésta, así como ayudar a la fiscalía en la recolección de información sobre distintos casos y servir de apoyo en la realización de manifestaciones públicas, ya sea como coordinador de seguridad o directamente como vigilante; por su parte las fuerzas armadas, sobre todo ejército y marina, tienen como propósito principal repeler una agresión extranjera y en ciertas circunstancias operar para combatir a las fuerzas de alguna nación enemiga que amenace al país, así como también servir como apoyo en zonas de desastre natural, para ello la capacitación marcial está orientada directamente a matar al enemigo y tomar posiciones estratégicas del terreno, cosa muy distintas con la teoría de las fuerzas policiales o de seguridad interior.
Ahora, enfocándose concretamente en la historia reciente de Argentina, debe de señalarse que la última vez que las FFAA intervinieron en la seguridad interior, fue durante la última dictadura militar (1976-1983), que sería la más sangrienta de todas las dictaduras de su historia y de la que se arrojarían prácticamente 30000 desaparecidos, y que culminaría abruptamente con la derrota de la guerra de las Malvinas ante Inglaterra.
Durante esta dictadura, dirigida inicialmente por Rafael Videla, las Fuerzas Armadas prácticamente sirvieron para erradicar toda oposición interna al gobierno militar instalado tras el golpe de 1976, donde se viviría un terrorismo de estado sin precedentes, donde realmente los miembros del ejército y la marina buscaban acabar completamente con disidentes políticos más que reducir los niveles de inseguridad propiciados por los delitos promedio. Al final, esta intromisión de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior, únicamente dejo un saldo negativo con prácticamente ninguna virtud respecto a esta polémica actuación; la credibilidad en el mando militar se perdió por completo, miles de argentinos perdieron familiares o conocidos a manos del gobierno militar sin que hasta la fecha se sepa su paradero, la economía sufrió durísimos golpes y sobre todo, esa intromisión no inhibió la llegada del narcotráfico ni del crimen ordinario en suelo argentino.
Así las cosas, no solo se debe ver al pasado para entender que esta idea no tiene un sustento real, retomando a las naciones latinoamericanas mencionadas, México, Colombia y Brasil, puede saberse claramente que el uso de las Fuerzas Armadas en conflictos internos no sirve de mucho para resolver el tema de la seguridad interior.
Por el contrario, meter a las Fuerzas Armadas a conflictos internos únicamente ha generado que se desgaste la imagen pública de éstas en sus respectivos países, así mismo se ha incrementado el involucramiento de miembros de los distintos cuerpos de las FFAA en situaciones de corrupción o ejecución de actos ilegales, lo cual desde luego tiene repercusiones en materia penal y de Derechos Humanos.
Son otras estrategias las que sirven realmente para controlar los conflictos de seguridad interior, por ejemplo, Colombia tuvo una mayor reducción de la violencia en las zonas rurales a raíz del convenio de paz con las FARC y el cese al fuego temporal con el ELN. En este caso se demostró que es más la visión de la conciliación social la que trae más paz que la acción directa.
Pero incluso, si se decidiera enfocarse en un plan de acción directa contra grupos delictivos, la solución más eficiente seria desmantelarlos a través de aparatos de inteligencia estatal vinculados con las instituciones policiacas, ya que son éstas las que tienen la capacidad de entender el funcionamiento de los distintos grupos delincuenciales. Mientras que las FFAA no tienen esa clase de entrenamiento.
No hay entonces una justificación real por parte de Macri, para emplear a las FFAA como parte de la estrategia para garantizar la seguridad interior de Argentina, por el contrario el involucramiento de estas podría empeorar la situación, tal como ocurrió en México con la llamada “Guerra contra el Narcotráfico”, sin mencionar que incluir a las FFAA en las labores de seguridad interior podría incluso reabrir viejas heridas sociopolíticas que fueron lentamente cicatrizando con la llegada de la democracia en 1983 y que aún no han terminado de sanar completamente.
Dado que Macri, parece muy firme en continuar con esta polémica propuesta, deberán sus propios aliados reconocer que la mencionada idea trae más desventajas que puntos a favor, y por ende el bloque oficialista tendría más posibilidades de perder en las siguientes elecciones; pero en el caso de que el oficialismo permaneciera reacio a revisar este “proyecto”, la oposición debe movilizarse constantemente para evitar que se incorpore a las FFAA a la seguridad interior.
El pueblo argentino no debe olvidar su historia ni mucho menos ignorar la realidad de los otros pueblos de Latinoamérica, y si su actual gobierno decide hacerlo, entonces la sociedad argentina debe emplear la protesta y manifestación popular para echar a tras está visceral proposición, que sin duda alguna solo empeoraría la situación sociopolítica actual de Argentina. Ya que costó mucho sacar a la sombra del terrorismo de Estado del suelo argentino, y por ende no debe permitírsele volver.