Estados Unidos.- Durante el séptimo día del juicio por narcotráfico contra Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en una corte federal de Brooklyn, en Nueva York, el segundo testigo de la Fiscalía continuó su relato sobre los métodos de transporte que utilizaba el capo mexicano para cruzar la droga desde México a Estados Unidos y las millonarias ganancias que le permitieron tener una vida llena de lujos y excentricidades en los años 90.
Según el relato de Miguel Ángel Martínez Martínez, alias ‘El Tololoche’ —quien fue el piloto y mano derecha del capo por 12 años—, a ‘El Chapo’ le iba tan bien durante la época del “boom cocainero” que tenía casa “en cada playa”, al menos cuatro jets en los que transportaba millones de dólares, un yate llamado ‘El Chapito’ y hasta un zoológico en un rancho de Guadalajara donde tenía “leones, tigres, panteras, venados” y los turistas podían visitarlo “gracias a un trencito”.
Pero eso no era todo. Además de sus propiedades, también viajaba “por todo el mundo” para hacer negocios y jugar porque era un aficionado de las apuestas, según Martínez, quien también es conocido como ‘El Gordo’ y su rostro no puede ser dibujado por los artistas de la corte para evitar que el cartel de Sinaloa tome represalias.
Según dijo, él y ‘El Chapo’ viajaron por todo el mundo, desde Europa, Hong Kong, Estados Unidos y Japón hasta toda Latinoamérica. En alguno de sus viajes —cuenta el expiloto del cartel de Sinaloa— el narco se sometió a un método de células rejuvenecedoras en Suiza, lo cual explicó ‘El Tololoche’ como una inversión por su vanidad en momentos en que mantenía a entre “cuatro y cinco mujeres” al tiempo, por lo que tenía varias familias que mantener.
La opulencia con la que vivió el narcotraficante mexicano a principios de la década de 1990 fue descrita al detalle por Martínez, quien también se vio beneficiado de los regalos de su jefe, como una vez que le regaló un reloj marca Rolex con diamantes. Además, Guzmán le pagaba un millón de dólares cada diciembre.
Las operaciones del cartel de Sinaloa que supuestamente dirigía Guzmán llegaron a ser tan lucrativas que este llegó a regalar más de 50 vehículos a sus empleados una Navidad, dijo el testigo. Aseguró que cada empleado podía escoger un auto entre tres modelos diferentes: Thunderbird, Cougar y Buick.