Momentos íntimos revelados por Iván Cochegrus: Duro momento cuando Luis Enrique Guzmán recibió las cenizas de su madre, Silvia Pinal
Tras el reciente fallecimiento de Silvia Pinal a los 94 años debido a una pulmonía, Iván Cochegrus revela cómo su hijo Luis Enrique Guzmán, enfrentó el doloroso momento de recibir las cenizas de la reconocida actriz en su hogar, donde aún permanecen.
Iván Cochegrus, cercano a la familia Pinal, detalló que Luis Enrique, el único hijo varón de Silvia, optó por no asistir al tributo que se le rindió en el Palacio de Bellas Artes, a diferencia de sus hermanas y descendientes, debido a su profundo dolor.
Más tarde, en la intimidad de su residencia en Pedregal, recibió las cenizas, un momento de inmenso sufrimiento para él.
Las cenizas de Silvia Pinal
“Y sí le impactó porque tomó incluso la prótesis de la señora que nos entregaron y la abrazó, vio a su mamá y soltó a lágrimas y se retiró”, compartió el productor durante una entrevista en el programa *Ventaneando*.
Luis Enrique ha decidido mantenerse distante de los reflectores, como explicó Cochegrus: “Y no puede sostener ni la plática, Rosario, él está muy dolido, muy… ¿Cómo te explicaré?, lo que sí me dijo esta mañana fue: ‘ellas ya tenían que estar ahí, ya era algo artístico, yo fui por accidente figura, pero no lo soy, y yo ya quiero vivir mi sentimiento aparte, mi dolor, ya no quiero exponerlo, quiero estar aquí, en mi soledad’.”
Acerca de la decisión de cremar a Silvia Pinal, Cochegrus aclaró que, aunque la actriz siempre fue previsora, no había dejado instrucciones específicas sobre su último deseo.
“¿Quién se atrevería a decirle a Silvia Pinal?: ‘señora, ¿Cómo quiere el día que usted parta?’. Nadie se atrevió, eran como temas tabúes para la señora Pinal”, comentó sobre las indagaciones hechas tras su fallecimiento.
El homenaje en Bellas Artes fue posible gracias a Sylvia Pasquel y Efigenia Ramos, hija y asistente de la actriz, quienes gestionaron los detalles.
“Por el homenaje que le hicieron hace dos años, Sylvia ya tenía el enlace, entonces después de ese último respiro, pues empezamos a hacer esas llamadas, y en especial Efi y Sylvita”, afirmó Iván.
A pesar de las críticas, Cochegrus valora profundamente su amistad con la matriarca de los Pinal, iniciada en los años 90 y fortalecida con proyectos conjuntos como la obra ‘Caperucita ¡Qué onda con tu abuelita!’.
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“Cuando ya vi esa gran necesidad de hacerle un espectáculo, porque ella me lo pidió (…) que ya tenía el tema de la silla de ruedas (…) llegué: ‘señora, pues qué le parece si hacemos Caperucita’, ‘¿y qué?, ¿voy a hacer a la abuelita?, ¡ay!, ¡qué buena idea!’, no, pues no me la esperaba, si no ella era el deseo de regresar al teatro. Y algo que me siento muy satisfecho, el proceso antes, le dio vida, se levantaba y decía: ‘me voy a ir a mi ensayo’”, compartió emocionado.
Finalmente, Cochegrus concluye agradecido con aquellos que han reconocido su genuina amistad con Silvia Pinal: “Me quedo con los momentos más hermosos de mi vida, que le voy a estar profundamente agradecido a Dios siempre, que conocí la palabra amistad, y también quiero aprovechar para agradecerle a aquellos, que no fueron los que vieron en mí a un villano, que vieron a una persona humana, que quería Silvia Pinal”.