Morelia, Michoacán.- La obra “El Ogrito” de la escritora Suzanne Lebea fue presentada por la Compañía “Espacio Escénico” en el Teatro Ocampo ante algunos asistentes que pudieron presenciar el talento joven de la compañía.
Tan sólo una manta divida se encontraba en el fondo del teatro, las paredes de una casa estaban pintadas sobre aquella tela enmarcada sobre un soporte, otros artículos se encontraban en la escena.
A escena salió el pequeño ogrito y su madre, aquella escena comenzó a mostrar los conflictos de la obra, la lucha interna de cada ser humano, negar el camino que ya tenemos creado.
Aunque las circunstancias obligan a cada ser humano a continuar su “destino”, la obra muestra que cuando se quiere, se puede cambiar todo con el simple hecho de querer hacerlo.
La lucha interna de cada ser humano se libra desde que se tiene consciencia de los actos buenos y malos, aquellos que los padres tratan de inculcarnos desde pequeños.
Cuando somos adultos, esa lucha interna continua a cada momento, en nuestra vida diaria, en saber si hacemos lo correcto o no, en demostrarnos a nosotros mismos que fui creados con un fin.
La lucha se extiende por toda la existencial de nuestro ser, al final sólo los que quedarán sabrán, si hicimos lo correcto o no.
Aquel ogro logró controlar su propia naturaleza, esa que le volvería un ser despiadado y un monstruo, ayudado por su familia, él puedo encontrar su objetivo.
Al final, cada ser humano elige lo que es bueno para cada uno, mintiéndose o llegando a una tregua con la misma conciencia, dirigiéndose una mirada al espejo y diciéndose “Todo estará bien”.