No hay lana, no hay spots, no hay posibilidad de crecimiento; un escenario electoral que no funciona para una campaña testimonial o de causa.
Ésas son, entre otras, las verdaderas razones por las que Margarita Zavala se retiró de la contienda presidencial, nos aseguran en el entorno más cercano de la excandidata independiente.
Es cierto que renunció a las prerrogativas del INE, pero no logró recaudar suficientes recursos para continuar hasta el final. Abandona la campaña con sólo el 4 por ciento de la intención de voto, según las encuestas, y a sólo 45 días de la cita en las urnas
Sus adversarios en la contienda vieron en el anunciado retiro una oportunidad para hacerse de cuatro o cinco puntos en las preferencias electorales, pero ella no declinó por nadie.
“De eso no hay nada. Fue una renuncia”, puntualizó la fuente.
Margarita tuvo el cuidado —y el tino— de dejar en libertad a sus seguidores para votar por quien mejor les parezca.
“Me retiro de la contienda por un principio de honestidad, por un principio de congruencia. Pero, también, para dejar en libertad a los que generosamente me han apoyado”, dijo en la grabación del programa Tercer Grado, que se transmitió anoche por Televisa.
La primicia, sin embargo, la dio a conocer muchas horas antes el teacher López Dóriga, uno de los seis periodistas que la entrevistaron para ese programa.
Más tarde, la primera candidata independiente a la Presidencia de la República reconoció que esas condiciones de inequidad y la ausencia de una segunda vuelta en las elecciones hacían imposible que ganara. “La decisión de hoy posibilita que podamos lanzarnos a construir una fuerza que sólo puede venir de la actividad cívica organizada y permanente”, puntualizó.
- En el entorno de Ricardo Anaya nos confirmaron que ya intentan un acercamiento con la excandidata independiente. “En esas andamos”, dijeron.
El candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, causante directo de la salida de Zavala del PAN, le hizo un intencionado guiño en redes sociales. La calificó de mujer valiente y de principios. “Sus aportaciones al país, en particular a esta contienda electoral, han sido muy valiosas”, dijo Ricardo.
¿Se le habrá olvidado que Margarita se fue del azul por haber sido excluida como potencial candidata presidencial por el propio Anaya, a pesar de que, en ese momento, era la mejor posicionada en las encuestas?
Hasta el presidente del PRI, René Juárez, se aventó la puntada de invitarla a apoyar a José Antonio Meade, quien fue secretario de Estado en el gabinete de Felipe Calderón.
El Bronco lamentó que Margarita “se haya bajado del caballo”. Pronosticó, incluso, que mañana o pasado la excandidata presidencial va a decir “me voy con Meade” o “me voy con Anaya”.
“Esas componendas no son agradables. Mucha gente la seguía porque se decía independiente”, subrayó Jaime Rodríguez.
- López Obrador por fin habló de su salud. “Estoy bien, entero, estoy al cien”, dijo a los reporteros que lo acompañan en sus giras por el territorio nacional.
Este espacio lo ocupamos el pasado jueves para preguntar sobre la salud de AMLO, después de leer en redes sociales versiones de que es un hombre enfermo, que no se cuida después de su infarto y, que incluso, consume antisicóticos.
Sugerimos que la mejor forma de neutralizar esas versiones era que los médicos que lo atienden hicieran público un reporte sobre el estado de salud del puntero en las preferencias electorales.
Pero a los fans de El Peje les pareció una herejía política ese atrevimiento. Llovieron las descalificaciones y acusaciones de “chayotero”, “pluma al servicio del PRI”, “seudo periodista” y otras lindezas por el estilo.
Mi amigo Federico Arreola hasta una columna me dedicó en su muy leído SDPNoticias.
La mañana de ayer fue subido a las redes un video —sin fecha, sin ubicación ni firma— en el que aparece Andrés Manuel a punto de desmayarse.
No fue a dar al piso gracias a la señora que estaba junto a él. Lo abrazó con fuerza. Mañosamente le pusieron: ”De última hora…”.
- López Obrador, por cierto, está muy mal representado en las elecciones para la alcaldía de Benito Juárez, en la Ciudad de México.
El candidato de Morena es el expanista Fadlala Akabani, un hombre violento, impulsivo, grosero y prepotente.
La balconeada que le puso Ciro Gómez Leyva en el noticiero nocturno de Imagen Televisión, el pasado martes, ha sido muy comentada.
Los panistas la celebran como si hubiesen ganado la Copa Mundial de Futbol. No es para menos. Akabani está a tres puntos del panista Santiago Taboada, puntero en la intención de voto.
Akabani enfureció por una columna de El Universal que lo acusaba de haber autorizado 600 giros negros en Benito Juárez en sus tiempos de delegado. Se la envió su excolaborador y verdugo, Luis Alberto Boisson, con la advertencia de que no iba a ganar.
Fadlala no pudo controlar su ira. Incuso amenazó a Boisson y lo insultó de fea manera: “Faltan dos meses para la elección. Te voy a partir la madre. Chingas a tu puta madre ¿Me oíste pendejo”.
Le preguntamos al también exdelegado del PAN en Benito Juárez, Christian Von Roehrich, cómo llegó el visceral Akabani a Morena. “Lo llevó Ricardo Monreal y lo palomeó López Obrador, a pesar de que Martí Batres se opuso”, aseguró.
Von Roehrich, candidato a diputado local, nos hizo notar que la elección por la alcaldía de Benito Juárez parece una interna de Acción Nacional.
A excepción del priista Carlos Girón, los demás candidatos son expanistas: Andrés Guzmán, PVEM; Noé Hernández, Panal; Santiago Taboada, Frente; y Víctor Hugo Olmedo, Partido Humanista.