Foto: Alejandro García/ Contramuro

Múgica, Michoacán.- “Los hombres no deben llegar muertos a su casa”, fue la expresión desgarradora de Frida Navidad Adame Urtiz, hija del hombre, del esposo, del padre de familia, del periodista que en vida respondía al nombre de Salvador Adame Pardo, y quien vio cortados sus sueños, sus esperanzas hace más de cuatro meses, aquella tarde-noche del 18 de mayo.

Hoy no es un día común y corriente para la familia Adame Urtiz, hoy es el día que les toca despedirse del hombre de la casa, de Salvador Adame. Hoy familiares y amigos se reunieron en la glorieta de Cuatro Caminos para esperar el arribo de los restos de “Chava”, como era conocido entre sus amigos y familiares. El director del canal 6TV de Nueva Italia llegaría de nuevo al pueblo que lo vio nacer, después de cuatro meses en los que estuvo fuera, hoy nuevamente estuvo en Múgica para dar su último recorrido, para darle el último adiós.

Foto: Alejandro García/ Contramuro

Con temor y con miedo, en un ambiente de dolor, de tristeza, de impotencia y de injusticia, Adame Pardo llegó por última ocasión a esa glorieta por la que tantas veces pasó, pero ahora en una Suburban de una funeraria local. Ahí, sus familiares y amigos lo recibieron; compañeros de trabajo respetaron el dolor y mostraron su solidaridad y condolencias para los dolientes. Minutos después Frida Navidad intentó dar unas palabras y explicar el último recorrido que harían junto a su padre, explicación que no pudo dar, pues la voz se le cortó, las lágrimas caían de sus ojos, el llanto llegó, el dolor era inminente, el enojo regresaba.

La caravana empezó; el último recorrido de Salvador Adame dio inicio en los vehículos de los vecinos y amigos sobre la avenida Lázaro Cárdenas. Metros más adelante decidieron bajar de los carros e iniciar la caminata sobre la misma avenida, la principal de Múgica, por la que tantas veces pasó Adame Pardo para llegar a su casa, a su morada en Nueva Italia, al lugar donde vivía con su familia, con su núcleo y su principal fortaleza.

Así comenzó el recorrido más doloroso para la esposa del periodista, Frida Urtiz, y para sus tres hijos, Javier Arturo, Andrés Felipe y Frida Navidad, todos ellos portando orgullosos el apellido Adame que les heredó su padre, a quien hoy acompañaron durante el trayecto más doloroso en la vida de los Adame Urtiz.

Foto: Alejandro García/ Contramuro

Con lágrimas en los ojos pero una fortaleza enorme, caminaron y caminaron, cada paso que daban era un segundo menos para que Salvador Adame llegara por última ocasión a su morada, a esa casa que poco a poco construyó con el sudor de su frente, con su trabajo.

Los habitantes de Múgica miraban con miedo y tristeza cuando pasaban por la avenida principal, sabían que lo que había pasado con Adame Pardo era una injusticia, pero también saben que no pueden decir nada, pues las represalias pueden ser muchas, y muy dolorosas.

Paso a paso llegaron hasta la calle Pueblita, en donde dieron vuelta para finalizar el recorrido tres o cuatro cuadras después, en la casa de los periodistas y esposos, Salvador Adame y Frida Urtiz, ahí velarían sus restos, ahí le darían el último adiós.

 

La última llegada a su casa; Salvador Adame regresó

https://youtu.be/XaHfPpwFQyc

El llanto y la impotencia se apoderaron de los seres queridos del periodista Salvador Adame, una escena difícil para quienes la observaban, un escenario negro para quienes la sufrían. Los amigos mirando con lágrimas en los ojos, su familia destrozada y con síntomas de tristeza, enojo e impotencia.

Frida desconsolada, Navidad, Javier Arturo y Andrés Felipe con el dolor más grande de sus vidas, pero con una fortaleza inimaginable, una fuerza que nadie sabe de dónde salió. “Vamos a despedir a nuestro padre con dignidad. Él siempre fue un hombre bueno y debemos ser fuertes”, aseguraron.

Salvador Adame llegó por última vez a su casa, esa a la que no regresó aquel fatídico 18 de mayo, y que ahora retorna acompañado de todos sus seres queridos, pero no como todos deseaban que volviera, pues le arrebataron la vida, arrebataron su lucha, sus sueños, y con ello, gran parte de los anhelos de su familia, misma que es fuerte y que logrará sobreponerse, sin lugar a dudas.

Su llegada fue el momento más desgarrador, más doloroso para su familia, pero el apoyo estuvo ahí, al pie del cañón. Minutos más tarde comenzó un rosario, los rezos y las alabanzas llegaron, era el momento de cantarle a Adame Pardo, era la hora de su velorio, era su despedida, y a pesar de que él siempre dijo que no debía ser él la nota, en esta ocasión sí lo fue, y seguirá siendo durante bastante tiempo, hasta que se resuelva su caso, hasta que se haga justicia, mientras tanto, hasta siempre Salvador, hasta siempre amigo Chava.