Los corporativos financieros siempre han subestimado la democracia, desde su óptica consideraron irrelevante el resultado del referendo británico para abandonar la Unión Europea (UE), que se celebró el pasado jueves 23 de junio. De entrada no pensaron que perderían, creían tener todo a su favor. Sin embargo, al verse derrotados tiraron línea a los medios de comunicación masivos quienes diseñaron una campaña de linchamiento (digna de Paul Joseph Goebbels) contra el 51.9 por cierto que osaron votar a favor del Brexit. En las pantallas de televisión aparecieron testimonios de personas que reconocían con los ojos llorosos que se habían equivocado, suplicando un nuevo ejercicio democrático. A esta oleada se unieron algunos analistas que han llegado a considerar irresponsable dejar las decisiones importantes a la población.
Los efectos del Brexit empezaron a sentirse de manera inmediata, la libra esterlina perdió su valor un 12 por cierto, respecto al dólar, y un 10 por ciento, respecto al euro, una caída que podría acentuarse. Los mercados financieros del mundo estuvieron cerca del pánico, los banqueros centrales inyectaron liquidez en los mercados, logrando así que las principales bolsas de valores de Europa recuperaran terreno. En tanto, los líderes de la UE deberán hacer frente de manera unánime a la decisión del Reino Unido donde se prevé que los precios de muchos productos subirán porque buena parte de ellos llegan del exterior.
La incertidumbre financiera ha estado acompañada de la inestabilidad política, la dimisión de David Cameron, primer ministro desestabilizó a la oposición, el partido Laborista ha sufrido la salida de once dirigentes importantes. Más allá si el electorado de la Gran Bretaña se equivocó o hizo lo correcto, queda claro que lo sucedido es una reacción al veloz crecimiento de la UE que lo efectuó sin el consenso suficiente. Además lo que determinó el resultado electoral, fueron los votantes que se abstuvieron y prefirieron que otros tomaran la decisión. Bajo tales circunstancias se ha presentado una petición (respaldada por más de 3 millones de firmas) ante la Cámara de Comunes para anular la consulta y celebrar otra. La solicitud pide la implementación de una norma que establece lo siguiente: Si el voto está por debajo del 60 por ciento, con una participación inferior al 75 por ciento, debería repetirse el proceso.
El miedo de los poderosos ante el sufragio universal se transportó a España, el Partido Popular aprovechó el caos que se generó. Los votantes perdonaron los múltiples casos de corrupción, los conservadores obtuvieron14 escaños más en relación a la última elección. Aunque este crecimiento resultó insuficiente para obtener la mayoría absoluta. En cambio, el PSOE que amenazaba con desplomarse consiguió mantenerse en segundo lugar y ahora se niega a construir un gobierno de coalición que encabece Mariano Rajoy. Podemos fue la gran decepción, no pudo crecer, y será la tercera fuerza política. Se le ha estigmatizado al considerarlo como un peligro. Sus cabecillas son descalificados públicamente al ligarlos con el gobierno de Venezuela.
México también sintió los efectos del Brexit, el Secretario de Hacienda, Luis de Videgaray anunció el recorte presupuestal de 31.7 mil millones de pesos. La medida ya era esperada desde hace tiempo. En este sentido es lamentable que la oposición no salga a manifestar en las calles su repudio. Les resulta más cómodo sacar cálculos electorales rumbo al 2018. Andrés Manuel López Obrador y Acción Nacional cuentan con el visto bueno de Televisa. No obstante, cometen el error de sentarse en la silla presidencial antes de tiempo.