La decisión de Andrés Manuel López Obrador de no pactar con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) para el 2018 y solo ir en alianza con el Partido del Trabajo (PT), tiene el objetivo de abaratar la negoción con los perredistas y cuando sea necesario hacerlo, sea bajo una clara ventaja. La definición de quien será el candidato presidencial del sol azteca es la última versión que veremos de la lucha interna entre el tabasqueño y el grupo de Nueva Izquierda (Los Chuchos) y el Foro Nuevo Sol que encabeza el gobernador michoacano Silvano Aureoles.
El dos veces candidato presidencial quiere desfundar al PRD y apostado a desgastarlos por medio de un discurso de odio. En este contexto, vale la pena recordar que después del fraude del 2006 vino el plantón en el zócalo. Desde ese momento AMLO fue preparando a sus cuadros, al final de esa protesta los militantes que se quedaron eran lo más radicales. Al otro lado del sol azteca, Jesús Ortega intentó negociar posiciones con el ganador de la contienda Felipe Calderón. Fracasó no por falta de ganas, si no que la polarización de la situación hizo imposible concretar su negociación.
Del 2006 al 2012 López Obrador fue preparado el escenario para la creación del Movimiento de Regeneración Nacional que en poco tiempo ha desplazado a los perredistas mientras que Jesús Ortega tuvo que esperar seis años para aprovechar la nueva derrota de López Obrador.
Ortega esta vez no falló, el Pacto Por México, les ayudo a subirse al poder, uno de los operadores en la Cámara de Diputado fue el entonces diputado Silvano Aureoles Conejo, quien ahora desde la gubernatura de Michoacán mueve sus piezas en contra del tabasqueño. El mandatario michoacano ha mostrado interés de competir por la presidencia de la República. Es consiente que no tiene condiciones para ganar el proceso electoral, pero si podría juntar los suficientes votos para impedir el triunfo de López Obrador.
Aureoles Conejo ha propuesto un frente opositor que incluya al Partido Revolucionario Institucional (PRI). La respuesta de sus detractores no se hizo esperar, el presidente estatal del sol azteca, Carlos Torres Piña, precisó que estatuariamente está prohibido hacer una alianza con el tricolor.
El dirigente perredista forma parte de grupo de Alternativa Democrática Nacional (ADN), corriente interna que le disputa el poder a Los Chuchos, agregó que no se descarta una alianza del PRD y Morena: “Nosotros no lo rogamos, es una invitación a sentarnos”. Para él hay tiempo todavía.
La guerra interna entre los perredista está a todo lo que da, el vicecoordinador del PRD en la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, dijo que para ganarle a Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de 2018, se necesitará un verdadero frente amplio opositor que incluye hasta los sectores del PRI, que estén dispuestos a caminar en un proyecto de cambio. Ha fijado como fecha a más tardar en octubre deberá estar constituido dicho frente.
Para los morenistas el frente es un error político que tiene por objetivo detener a López Obrador. El 20 de noviembre los morenistas tendrán candidatos a diputados y senadores.
La construcción de una candidatura única de la izquierda cada día se va alejando y en caso de darse un acuerdo se hará en plena campaña electoral. Queda claro que estas divisiones disminuyen la posibilidad que AMLO gane la presidencia de la República. Aunque lo que será determinante es ver si el tabasqueño es capaz de convencer a millones de mexicanos que desde hace tiempo dejaron de votar.