El USS Carl Vinson, de la clase Nimitz, ha anclado este miércoles en la ciudad portuaria de Busan —450 kilómetros al sureste de Seúl (capital surcoreana)— mientras que los líderes de Seúl y Washington advierten de que Pyongyang podría incurrir en “provocaciones” en sus maniobras militares anuales.
El portaaviones estadounidense, de 333 metros de largo y 5500 tripulantes, lleva a bordo 24 cazas F-18, un avión cisterna y varios aviones especializados en guerra electrónica, según los informes.
Además, el portaviones va acompañado también por el destructor Wayne E. Meyer, en medio de las tensiones con Pyongyang que mantienen Washington y Seúl.
“La alianza (Corea del Sur)-Estados Unidos es invulnerable y la postura de defensa combinada sigue firme, sea cual sea la situación política en Corea (del Sur)”, ha indicado el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Joseph Dunford.
En este contexto, el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Joseph Dunford, ha reiterado el compromiso de su país con la alianza que tiene con Corea del Sur, y a la vez ha barajado la “posibilidad de que Corea del Norte realice actos de provocación”, en concreto, durante las maniobras conjuntas Key Resolve/Foal Eagle.
No es la primera vez que Estados Unidos despliega portaaviones en la frontera marítima entre las Coreas. Otro portaaviones estadounidense de la clase Nimitz ha participado ya en maniobras anteriores, ejercicios militares que Pyongyang denuncia por realizarse en sus lindes.
Corea del Norte ha llegado incluso a prometer dar una respuesta a las maniobras, que considera una “invasión de su territorio”. De igual manera, ha advertido de que los ejercicios podrían derivar en una “guerra real” y conducir a la zona hacia un ‘desastre nuclear’.