Al “cinturón de la paz”, presumiblemente integrado por 12 mil trabajadores del Gobierno de la Ciudad, le hicieron múltiples agujeros en la marcha para conmemorar los 51 años de la matanza de estudiantes en Tlatelolco.
No resistió las embestidas de los anarcos, a los que les importó un comino la advertencia del Presidente de que los iba a acusar con sus mamás y abuelos, y volvieron a vandalizar en la CDMX.
Los integrantes del cinturón se replegaron apenas se pusieron feos los fregadazos. Se quitaron las camisetas que los distinguían, para no ser blanco de la brutalidad de lo llamados “anarcos”, que llevaban consigo cohetones, piedras, pintura y palos.
* Lo hemos repetido hasta el cansancio. Las buenas maneras de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno, no sirven con los violentos. Utilizar civiles para inhibir vándalos era una apuesta arriesgada.
La ruptura del “cinturón de la paz” obligó a la policía capitalina a intervenir.
Encapsularon a los anarcos que, sin embargo, alcanzaron a romper, quemar, pintar muros, apedrear, agredir a civiles, policías y periodistas en las inmediaciones de avenida Cinco de Mayo.
Y, sin embargo, los daños fueron mucho menores a los sufridos en manifestaciones anteriores.
Bastó que la policía encapsulara a los encapuchados, antes de que llegaran a la Plaza de la Constitución, para neutralizarlos. No fue necesario reprimir. Fue suficiente la contención. Poco a poco bajó la tensión.
Ojalá la experiencia sirva para que Sheinbaum entienda que contener no es reprimir y que un buen gobierno no puede claudicar en la defensa de la integridad y los bienes de los ciudadanos.
* Hay una buena noticia entre muchas malas. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio un revés al empresario Jaime Bonilla, cobijado por Morena, quien fue electo gobernador por dos años, pero buscaba quedarse cinco.
Es del dominio público que para lograr su propósito se valió de diputados locales —incluso panistas— a los que maiceó para que modificaran la Constitución local después de la elección.
Pero el PRD, Movimiento Ciudadano y el partido local Transformemos impugnaron la reforma del Congreso local y evitaron el atropello a los electores de Baja California, que lo eligieron únicamente por dos años.
* Lo que sigue también suena bien. El viernes arranca el programa La Escuela es Nuestra, anunciado el pasado mes de julio por la SEP.
Consiste en hacer transferencias directas por 20 mil millones de pesos a planteles escolares ubicados en comunidades marginadas del país.
Las transferencias van de 150 mil a medio millón de pesos por escuela. La cantidad que se asigne a cada una dependerá de las necesidades de infraestructura que tenga.
“En algunas no hay ni piso ni baños”, subraya una fuente de la SEP.
En México hay 103 mil planteles con carencias de infraestructura. Una cifra de vergüenza.
* Ya hay un diputado que le hizo caso al exboxeador Julio César Chávez, otrora campeón mundial en diversas categorías, quien luego de ser asaltado por motociclistas en la CDMX, exigió se les ponga un hasta aquí.
El citado legislador presentó una iniciativa que impide a un usuario de motos de menos de 500 centímetros cúbicos llevar acompañantes.
“Hemos visto cómo a familias completas las han vulnerado en sus vehículos, las han asaltado; les han quitado su tranquilidad delincuentes que usan la motocicleta para escapar”, dijo.
Adicionalmente, propone modificaciones al reglamento de tránsito para que sea obligatorio rotular con la matrícula de la placa, el casco, la chaqueta, o la chamarra, según sea en caso.
Pero no se asuste. No es un legislador federal. Se trata de Gerardo Islas, diputado local en Puebla.