Leo Beenhakker, un genio táctico, dejó un legado duradero en el Club América y en el mundo del fútbol.
Ciudad de México.-El mundo del fútbol lamenta profundamente la pérdida de Leo Beenhakker, quien falleció a los 82 años, destacado estratega neerlandés dejó una marca imborrable en el deporte, principalmente en el Club América, siendo aclamado por su enfoque innovador y su habilidad para transformar equipos.
Su carrera incluyó clubes y selecciones de renombre internacional, destacándose su paso por México, donde su legado sigue siendo admirado.
Inicios de Leo Beenhakker
Leo Beenhakker nació el 2 de agosto de 1942 en Róterdam, Países Bajos. Desde joven mostró pasión por el fútbol, aunque su infancia estuvo marcada por el fallecimiento de su padre, lo que le llevó a trabajar como electricista para ayudar a su familia. A pesar de las dificultades, jugó como extremo derecho en equipos locales de segunda división, como el Xerxes. Sin embargo, una lesión a los 19 años lo obligó a abandonar su sueño de ser futbolista profesional y a centrarse en una carrera como entrenador.
Comenzó su trayectoria como técnico en equipos amateurs como el SV Epe, y poco a poco ascendió en el fútbol profesional. En 1968, se convirtió en el entrenador más joven con licencia tipo A en los Países Bajos al dirigir al SC Veendam. Su enfoque táctico y dedicación lo llevaron a dirigir clubes de primera división como el Ajax, donde ganó la Eredivisie en la temporada 1979-1980.

Su etapa en México y conquistas
Beenhakker llegó a México en los años 90 para asumir la dirección técnica del Club América, una de las instituciones más emblemáticas del país. Su llegada generó grandes expectativas gracias a su brillante trayectoria, que incluía haber dirigido al Real Madrid y a la selección de los Países Bajos. Bajo su mando, el América adoptó un estilo ofensivo, dinámico y entretenido que rápidamente conquistó a la afición.
Durante su etapa, consolidó un equipo competitivo que integró a figuras como François Omam-Biyik, Kalusha Bwalya y un joven Cuauhtémoc Blanco. Aunque no logró coronarse campeón de liga, su equipo llegó a las semifinales en la temporada 1994-1995, dejando una huella permanente por su propuesta audaz y partidos inolvidables, como el contundente 8-1 frente a Correcaminos.
Pese al éxito en el campo, su relación con la directiva se deterioró debido a diferencias internas, lo que llevó a su salida antes de la liguilla. No obstante, su legado futbolístico en México perdura como sinónimo de creatividad y maestría táctica.
Sus últimos días y salud
En sus últimos años, Beenhakker enfrentó problemas de salud que limitaron su movilidad. Se informó que sufría serios problemas en las rodillas, lo que le impedía caminar y lo mantenía mayormente en casa. Aun así, conservó su buen humor y su amor por el fútbol, manteniéndose al tanto de la actualidad deportiva y compartiendo su conocimiento con su círculo cercano.
Su fallecimiento se debió a complicaciones asociadas a su avanzada edad, dejando un vacío profundo en el entorno futbolístico y entre quienes lo conocieron.
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Una influencia que traspasa el tiempo
Leo Beenhakker será recordado no solo por sus logros tácticos, sino también por su capacidad para motivar e influir tanto en jugadores como en aficionados. Su visión estratégica, entusiasmo por el juego y dedicación lo posicionan como una leyenda imborrable. Aunque ya no esté presente, su esencia seguirá viva en el fútbol y en la memoria de quienes aprendieron bajo su guía.
Descansa en paz, Leo Beenhakker, auténtico símbolo del fútbol universal.