Un país está en bancarrota cuando suspende sus pagos a acreedores internos y externos, no tiene cómo convencer a nadie que le otorgue préstamos para desarrollar programas y políticas.
No es, ni de lejos, el caso de México.
La declaración que hizo AMLO de que recibe “un país en quiebra” es arriesgada e irresponsable. No venía al caso.
Parecía más un ejercicio para curarse en salud, y una confesión de incapacidad para enfrentar los problemas una vez que se siente en la silla.
Una señal de que ya se dieron cuenta de que no les alcanza para tanto compromiso y que no es lo mismo estar en la oposición que ser gobierno.
La mejor prueba de que no hay tal situación de bancarrota es que los mercados permanecieron sordos a la declaración del Presidente electo.
La bolsa bajó apenas 0.4% en línea con Wall Street y el peso se mantuvo estable (18.87 por dólar para pagos y obligaciones).
Para documentarnos mejor, nos dimos a la tarea de pedir a la SHCP estadísticas que ilustren la real situación económica de México:
-Las reservas del Banco de México se ubicaron, al cierre del viernes pasado, en 173.5 mil millones de dólares, las más elevadas de su historia.
-Entre enero y julio, las finanzas públicas alcanzaron su superávit primario —ingresos contra egresos, sin los pagos de la deuda—por 160 mil millones de pesos.
-Aumento de los ingresos tributarios de 4% hasta julio. El padrón de contribuyentes fiscales pasó de 38.4 millones en 2012 a 68.4 millones en 2018.
-La deuda pública se encuentra en alrededor del 45% del PIB, indicador por debajo de muchos países. México, además, es el único país del G20 en haber disminuido esa proporción en los últimos 3 años.
En el terreno internacional, el FMI y el Banco Mundial mantienen estimaciones de crecimiento para la economía mexicana: las principales calificadoras han elevado sus evaluaciones otorgando una perspectiva estable.
-La inversión física avanzó 5.3% real; las pensiones y jubilaciones (otro pasivo importante) aumentaron 6.7 real.
Además, México es el único país en el mundo que las tres calificadoras mantienen en “estable” su calificación, después de que lo tenían en una perspectiva negativa (2017-2018).
Monreal, sin embargo, afirma que AMLO dice la verdad cuando asevera que estamos en quiebra, aunque reconoce que no sabe por qué los “manipulables” mercados están estables, ante lo que, dice, es una realidad: “México está en grave riesgo”.
- El morenovallismo en Puebla está preocupado ante la posibilidad de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anule la elección de gobernador del pasado primero de julio.
Esos comicios los ganó oficialmente Martha Erika Alonso, esposa del senador del PAN, Rafael Moreno Valle, exmandatario de la entidad. Pero el candidato de Morena, Miguel Barbosa, alega fraude y pide a las autoridades electorales que anulen la elección.
El nerviosismo del morenovallismo —al que pertenece el actual gobernador de Puebla, Tony Gali— es que los magistrados del TEPJF se acomoden a las exigencias de Morena para congraciarse con López Obrador.
Ya ocurrió con la multa de 197 millones de pesos que el INE le impuso al partido del Presidente electo por el ilegal manejo del fidecomiso para los damnificados del sismo de hace casi un año.
Simplemente, le dieron carpetazo al asunto.
Hay más: de lo que decida el Tribunal Electoral dependerá la permanencia de Rodrigo Abdala, exsecretario particular de Manuel Bartlett, como superdelegado estatal de Morena.
Los amigos de Moreno Valle se sienten cómodos con ese representante de López Obrador. Es sobrino de Tony Gali.
Pero están advertidos de que si el TEPJF ratifica el triunfo de Martha Erika, reemplazarán a Abdala y el superdelegado será Miguel Barbosa. El giro, en este caso, es de 180 grados. Barbosa se asume como adversario de Alonso. La gobernadora electa tendría un enemigo político.
El exsenador del bloque Morena-PT jura que con “el brazo de Moreno Valle” se hizo el supuesto fraude en Puebla.
- Llevo cinco días con la advertencia de AT&T de que mi crédito en mi línea se agota y que me van a suspender el servicio. La primera vez que la escuché llamé a Atención a Clientes (+611) para ponerle remedio. Me resultó Imposible hablar con un ejecutivo. La grabación me traía a vuelta y vuelta. Decidí ir, entonces, a la tienda que está en Patriotismo, a la altura de la Plaza de Toros,
Me atendió un joven llamado Jesús. Primero dijo que tenía que esperarme hasta el 20 de septiembre que hicieran el corte mensual. Ofrecí adelantar el pago a condición de que no se me duplicara el pago. Ya me ocurrió una vez y fue un calvario recuperar el dinero.
El joven me dijo que no se podía porque había riesgos de que me volvieran a cobrar. Ya desesperado, les dije que iba a escribir sobre este tema. El compañero de al lado de Jesús casi se carcajea con mis palabras. Al final me ofrecieron ampliar mi crédito, que es de 2 mil pesos. En dos horas ya no estaría allí el mensaje, dijeron.
Eso fue el viernes por la mañana. La advertencia de que me van a suspender el celular sigue allí. No sólo engañaron al consumidor, sino que dejaron mal a AT&T. Deben poner gente más capaz para atender a los clientes.