Además de ser utilizadas como plataformas de interacción, las redes sociales en nuestra actualidad han servido para influir y determinar personalidades sobre una sociedad acostumbrada a convivir a distancia y mediante herramientas electrónicas.
Su función, tal y como se expresa en diferentes fuentes, va desde el establecimiento de vínculos interactivos hasta el uso que se le da para publicitar o difundir cuestiones del interés público; sin embargo, la ambigüedad que existe en torno a su regulación, ha derivado en que los usuarios lleguen a atentar contra la integridad de personas, o incluso degradar la imagen de alguien totalmente desconocido.
El ejemplo más claro se aprecia en redes sociales como Facebook y Twitter, en donde si bien existen mecanismos para denunciar o evidenciar algunas cuestiones alejadas del objetivo principal de estos espacios, muchas veces resultan insuficientes para erradicar la existencia de perfiles que incluso llegan a ser dañinos para diferentes núcleos sociales.
Poniendo como referencia el caso del suicidio múltiple que recientemente se registró al interior de la capital michoacana, en donde tres adolescentes se quitaron la vida bajo la influencia de una red social, la doctora en Psicología, Fabiola González Betanzos, nos explicó cómo y de qué manera las plataformas digitales que conocemos en la actualidad, han pasado de ser herramientas de comunicación a espacios de riesgo para personas con baja autoestima o personalidad voluble.
“En el suicidio de las jovencitas que ya conocemos, desafortunadamente apareció una página de Facebook que se llama ‘Ángeles Suicidas’ que por cierto tiene bastantes suscriptores, y lo que hace es encaminar una situación que se da en los jóvenes que tiene que ver con una ideación suicida, y empezar a darles herramientas y elementos para que adolescentes que en un principio no hubieran llegado a cometer un suicidio, lleguen a tal grado”.
Desde un aspecto teórico, la doctora González Betanzos, quien también es directora del Centro de Formación Docente y Atención Integral al Alumnado en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), expuso que al menos un 70 por ciento de la población en México ha llegado a presentar una ideación suicida a lo largo de su vida, pero dijo que de este porcentaje, tan sólo un 3 por ciento de las personas toma la determinación de quitarse la vida.
Si bien los índices son bajos, reconoció que diversos espacios cibernéticos e incluso el mismo fenómeno del bullying, han generado herramientas dañinas para que jóvenes o personas adultas que presentan síntomas de impulsividad o desesperanza, lleguen a consumar un suicidio al erróneamente, no encontrar otra salida.
¿Cómo está Michoacán?
Para consumo de nuestros lectores, es importante señalar que a nivel nacional, Michoacán ocupa el lugar número 17 en cuanto a las defunciones por suicidio que se registran al interior del estado, según detalla el Consejo Estatal de Población (Coespo).
Las cifras consultadas por esta casa informativa nos muestran que el 73 por ciento de los suicidios que se consuman en la entidad ocurren en el hogar; el 12 por ciento en áreas públicas; el siete por ciento en la escuela y tan sólo el cinco por ciento en hogares de desconocidos.
Dentro del informe, se expone que en el 87 por ciento de los casos los padres no se encontraban cerca cuando la víctima perdió la vida, de manera que resulta necesario mantener un permanente vínculo familiar para evitar este tipo de situaciones.
El Consejo Estatal de Población detalla que con base en un estudio realizado en 2014, el 85 por ciento de las personas que deciden quitarse la vida por voluntad propia, lo hacen por padecer de depresión.
Se muestra también que la edad promedio de suicidio en las féminas va de entre los 10 a los 44 años; mientras que en el caso de los hombres es de entre los 10 y 29 años de edad.
Si bien hasta el año en curso no existe un estudio contundente para determinar cuántos suicidios se han registrado, al paso de 2016 en Michoacán se contabilizan cien suicidios, los cuales se han venido presentando de manera más recurrente en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 25 años.
De estas cifras el 30 por ciento de suicidios corresponden a jóvenes, seguido de otro 30 por ciento que se presenta en adultos mayores; mientras que el resto de la población acapara el 40 por ciento restante.
Falta de pertenencia, principal síntoma para desencadenar un suicidio
Con estas cifras de por medio, la doctora Fabiola González subrayó que la falta de permanencia de un individuo llega a ser uno de los principales factores para que una persona llegue a quitarse la vida, pues debido a diversas situaciones, la víctima llega a sentir que no tiene cabida en el núcleo social que lo rodea.
Dando seguimiento a la relación que existe entre las redes sociales y el suicidio, la especialista en Psicología lamentó que actualmente no existan regulaciones suficientes para hacer frente al uso indebido que, en algunas ocasiones, se le da a los espacios cibernéticos que se diseñaron para potenciar la interacción a distancia entre sus usuarios.
“Las redes sociales se tienen que regular como cualquier tipo de interacción humana, tal y como sucede en otros países, como por ejemplo en España, si alguien empieza a acosar a un compañero a través de redes sociales, se le puede emitir un juicio y la escuela puede sacarlo y quitarle esa red”.
¿Qué están haciendo las autoridades?
En lo que respecta a la regulación de redes sociales y espacios digitales en general, desde el mes de enero la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) dio pie a la creación de la Policía Cibernética, cuya función principal es detectar y proceder legalmente contra quien haga del internet, un espacio propicio para acosar, extorsionar y amenazar a los usuarios.
De acuerdo a un balance otorgado por la PGJE, los resultados que la Policía Cibernética ha conseguido a unos días de culminar 2016 se traducen en un total de 225 quejas, entre las que destacan temas como explotación sexual infantil, corrupción de menores, terrorismo cibernético, homicidio, trata de personas, bullying, ataques a la intimidad, pornografía infantil, ataques al honor, robo de identidad y acoso cibernético.
DELITOS | TOTAL DE DENUNCIAS |
Extorsión | 0 |
Explotación sexual infantil | 1 |
Corrupción de menores | 1 |
Falsificación de documentos | 1 |
Personas desaparecidas | 1 |
Sabotaje (virus) | 1 |
Terrorismo cibernético | 2 |
Homicidio | 2 |
Venta de drogas y armas | 3 |
Trata de personas | 3 |
Bullying | 4 |
Ataques a la intimidad | 7 |
Pornografía infantil | 6 |
Ataques al honor | 9 |
Robo de identidad | 15 |
Ataques a la propia imagen | 22 |
Acoso cibernético | 26 |
Amenazas cibernéticas | 54 |
Fraude cibernético | 67 |
TOTAL | 225 |
Tal y como se muestra en la tabla aquí expuesta, podemos constatar que las quejas más frecuentes van relacionadas con fraudes cibernéticos, amenazas, acosos, ataques a la propia imagen y robo de identidad, pues en su conjunto suman un total de 184 denuncias presentadas ante la Unidad de Servicios de Inteligencia de la PGJE.
Al respecto, el director de la Policía Cibernética, Carlos Alberto Flores Sánchez puntualizó que el esquema operativo de dicha unidad se sustenta en atender todo tipo de denuncia que se haga llegar a través del teléfono 01 800 890 8106, o bien mediante el correo electrónico: delito.cibernetico@pgje.michoacan.gob.mx.
Destacó que las denuncias se pueden realizar de manera anónima, pues reconoció que los quejosos suelen temer por su integridad una vez que proceden a señalar algún tipo de irregularidad cibernética
A partir de la creación de esta nueva corporación, el funcionario estatal puntualizó que se han girado cerca de 7 órdenes de aprehensión relacionadas, principalmente, a la extorsión que suele presentarse a través de diversas plataformas digitales.
“Estamos trabajando en la regulación de sitios, y aunque muchas veces es complicado el monitoreo, respondemos a toda denuncia que la ciudadanía nos haga llegar, ya sea por correo electrónico o vía telefónica”.
Aun cuando la PGJE presumió de importantes avances sobre el tema, la doctora González Betanzos lamentó que actualmente no existan mecanismos de seguridad que puedan garantizar el uso correcto de los medios electrónicos. “Vemos que no hay una regulación certera, y mientras eso no suceda, seguiremos expuestos como sociedad a todo tipo de espacios cibernéticos que se encuentran alejados de un uso correcto”.
La especialista concluyó refiriendo que mientras no existan esquemas de seguridad acordes a la realidad del país, difícilmente se podrá poner fin a los acosos, extorsiones y amedrentamientos que se suele presentar en cualquier tipo de espacio cibernético que el internet nos ofrece.