Francisco Lemus | Twitter: @PacoJLemus
Gran cátedra de política hemos recibido los michoacanos -cortesía de los miembros de Va por México- durante la toma de protesta de su candidato a la gubernatura. Reunidos tres partidos que supuestamente eran enemigos jurados han decidido hacer de cuenta que carecen de esa historia para unir fuerzas en contra del actual presidente y su partido.
El PRD y el PRI tenían buenos motivos para realizar el acto en el monumento a Lázaro Cárdenas, siendo este un personaje del que ambos pueden reivindicarse como herederos, pero justamente en ello se encuentra una gran contradicción, pues al considerar que unos traicionaron su legado, los otros decidieron fundar su propio partido.
Con el PAN la cosa es todavía peor, un partido surgido en el gobierno del general michoacano, al considerarlo -como al actual presidente- un peligro para los intereses de los empresarios y de lo que ellos entienden por la libertad de mercado. Ya a nadie sorprende, que en su afán de seguir viviendo del erario, el dirigente albiazul sea capáz de cualquier marometa ideológica.
Hasta un bárbaro como Hitler reconocía que la pura fuerza bruta de sus huestes y la propaganda no eran suficientes para vencer en las contiendas políticas, era necesaria una doctrina (ver: Mi Doctrina), pues las ideas son las que verdaderamente pueden tener impacto duradero en el público y afianzar un proyecto político.
De qué ideas podrían presumir hoy quienes en el pasado han traicionado todas sus banderas, el PRI con un proyecto histórico al que sentenció a muerte a partir de 1982; el PRD defendiendo lo que el PRI había traicionado, para en unos años volverse la misma cosa; el PAN defendiendo al ruín neoliberalismo y una supuesta anticorrupción, que brilló por su ausencia entre el 2000 y 2012.
Así que lo único que les queda es tratar de unir a las más personas posibles en contra del proyecto reformista-nacionalista que representa el actual gobierno, sin lograr proponer una alternativa que sea ligeramente clara. Sobre todo por la imposibilidad de afirmar abiertamente que en el pasado todo era mejor, al menos para ellos.
En el caso de Michoacán el reto no es menor para este frente de la orfandad ideológica, pues presumir que es necesario darle continuidad a un gobierno tan desastroso como el de Silvano Aureoles simplemente sería un suicidió, entonces lo único que les resta es atacar al puntero y esperar que cometa un error para tratar de sacar de ahí tantos votos como sea posible.
Ningún sindicato u organización gremial que tenga un poco de dignidad podría apostar por quienes se han dedicado a atentar contra su bienestar, reforma tras reforma han ido desbaratando las conquistas alcanzadas con el desarrollo del Estado posrrevolucionario, liderado con gran corrupción por el PRI, pero construido con el esfuerzo del pueblo.
La caída de ese Estado, negociada por el PRI, celebrada por el PAN y originalmente repudiada por el PRD, encontró su cúspide con la reforma energética que lograron sacar adelante más por un contubernio que por alianza, con el Pacto por México, con lo que también sellaron la victoria de AMLO por un margen tan amplio que no se veía desde la eṕoca dorada del PRI.
Ingresa a: El campo mexicano: entre la miseria y la opulencia
Las lecciones de la historia son claras, pero el oportunismo y las ganas de mantener la rapiña son más fuertes, así que es difícil que esta oposición de pacotilla encuentre un ligero momento de autocrítica y corrija su rumbo, para tristeza de la democracia, esa de la que se llenan la boca pero que tanto han traicionado.