Morelia, Michoacán.- La muerte de estos tres últimos sacerdotes nos manifiesta y nos hace pensar cómo la violencia está calando muy hondo en nuestras comunidades y numerosas familias, lamentó el arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos.
Y es que en las últimas semanas se han registrado los asesinatos de los presbíteros Rubén Alcántara Díaz, de la diócesis de Izcalli; Juan Miguel Contreras García, de la diócesis de Guadalajara y Lucino Flores Sanchez, de la diócesis de Puebla.
Ante ello, Garfias Merlos considero que la violencia y la inseguridad continúan como una amenaza que pesa sobre los pueblos. “Los sacerdotes tenemos una misión de evangelización en las comunidades y por ello una responsabilidad pastoral y social que cumplir en torno a los sufrimientos y aspiraciones de la gente”.
“Más allá de la muerte de nuestros hermanos sacerdotes, queremos renovar con espíritu de corresponsabilidad las tareas que nos tocan como pastores para generar cambios profundos en la sociedad que aseguren condiciones de vida favorables para la justicia, la solidaridad y la paz”, expuso Garfias Merlos.
Y ante los hechos, el arzobispo invitó a “educar para la paz” y lograr que la gente, sobretodo los jóvenes no se aislen en la violencia sino que se incorporen activamente en proyectos y acciones de construcción de paz.
“Hago un llamado para promover valores, actitudes y comportamientos que propicien en la ciudadanía una cultura de paz generando espacios de convivencia y encuentro entre las personas, así como fortalecer el capital social de organizaciones, instituciones y sociedad civil que impulsan proyectos y acciones a favor de la paz”, remató.