La clase política tradicional sin lugar a dudas tiene una tremenda deuda con los jóvenes, durante años las autoridades encargadas del sector juvenil han jugado a adivinar e inventar políticas públicas y leyes ineficientes que en nada ayudan al desarrollo de la juventud.
En Michoacán los jóvenes tenemos un futuro hipotecado, con pocas oportunidades laborales, profesionales, educativas, deportivas, sociales y políticas.
Administración tras administración (federal, estatal y municipal), los incentivos, premios y apoyos juveniles han sido otorgados discrecionalmente y sin mérito alguno en beneficio de amigos y parientes de los titulares de las áreas juveniles, esto es el resultado de un pésimo diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas.
Ya no se puede limitar a que la única participación activa que tengan los jóvenes en la vida pública estatal, sea en los procesos electorales, es momento de una participación activa del sector en el desarrollo de los planes, programas, leyes y políticas públicas que abonen a la vida democrática de Michoacán.
Es tiempo de que los jóvenes comencemos a ocupar cargos y puestos públicos, los jóvenes tenemos la experiencia, la responsabilidad y el conocimiento necesario para cumplir a cabalidad con el desempeño de cualquier función. Solamente con la participación activa de la juventud, podremos recuperar la grandeza de Michoacán.
Celebro que gradualmente la participación juvenil se ha ampliado en nuestro Estado, ya contamos con diputados, presidentes municipales, secretarios de estado, directores, asesores y dirigentes de partidos políticos jóvenes y con resultados excelentes. Y seguro estoy de que desempeñarán una labor impecable.
No aflojemos el paso, es responsabilidad de todos los jóvenes continuar derrumbando las barreras que impiden nuestra participación activa en la vida política de Michoacán.
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