La sesión que cerró el último periodo ordinario de sesiones en el Senado estuvo salpicada de alusiones y advertencias indirectas en tribuna sobre lo que ocurriría si López Obrador gana la Presidencia de la República.
Y es que el tiempo de campañas se acaba y las encuestas nomás no se mueven. Todas colocan al tabasqueño a la cabeza en las preferencias electorales. La preocupación de sus adversarios ya no se disimula ni en esa alta tribuna.
Abrió fuego Emilio Gamboa, coordinador de la bancada del PRI en el Senado. “Quien piense que puede llegar a la Presidencia a destruir las instituciones de México, va a destruir a México, no a las instituciones… en la democracia vale más sumar que restar y menos dividir”.
Le siguió el panista Ernesto Cordero, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara alta: “Algunos ven cómo la marea política sube y el oleaje generado por los intensos vientos electorales amenaza con hacer encallar el orden político que han construido años de acuerdos entre las diversas fuerzas políticas…
“Debemos ser contundentes: o defendemos y fortalecemos nuestras instituciones, o la confrontación cegada por la mutua descalificación de las fuerzas políticas limitará nuestra capacidad para sacar adelante a nuestro país”.
- En el Senado fueron seis años de chapulineo entre las distintas bancadas. Ningún grupo acabó como inició en 2012.
Incluso en la bancada del PRI, que inició con 58 senadores, se le fue a Morena el guanajuatense Miguel Ángel Chico, pero recuperó el escaño con el perredista Sofío Ramírez.
El Grupo parlamentario del PT fue el ganón en esos movimientos. Inició la legislatura con cinco senadores elegidos en una alianza que encabezaba López Obrador.
La consolidación de Andrés Manuel como favorito en las encuestas fue el imán para que el grupo terminara con 19 integrantes como bloque PT-Morena. Al GPPAN renunciaron, formalmente, cuatro senadores: Javier Lozano, al PRI, Luisa María Calderón, independiente, Gabriela Cuevas, se fue a Morena, José María Martínez, independiente.
Sume los llamados senadores rebeldes: Ernesto Cordero, Roberto Gil, Javier Lozano y Salvador Vega Casillas, quienes formalmente ya no están en el GPPAN.
El grupo empezó con 39 legisladores. Le quedan 31, porque el suplente de Roberto Gil se asume de la bancada azul. El PRD quedó casi en el cascarón. Inició la legislatura con 22 senadores. Le quedan cinco. Es el más perjudicado por el “efecto López Obrador”.
Y más: de esta legislatura en el Senado emanaron ocho gobernadores. Los priistas Claudia Pavlovich, Omar Fayad, y Alejandro Tello, y los panistas José Rosas Aispuro, Javier Corral, Cabeza de Vaca, Carlos Mendoza Davis y Martín Orozco.
- No hay duda de que la gran asignatura que deja pendiente el Congreso son los nombramientos de los fiscales General y Anticorrupción. Pero también dejar inconcluso el Sistema Nacional Anticorrupción, compromiso de campaña del presidente Peña.
“Ya nos vamos y no existe”, subrayó el muy crítico Manuel Bartlett. Muchos ciudadanos se quedaron en espera de la eliminación del fuero constitucional a legisladores y funcionarios, incluso al Presidente de la República.
Y sin embargo, abogados de prestigio consideran un bodrio la minuta enviada por la Cámara de Diputados. No incluye causales para llevar a juicio al Presidente de la República. “Puede conducirnos a la anarquía o a la dictadura”, llegó a decir Diego Valadés.
No hubo consenso en el tema. Difícilmente habrá periodo extraordinario para aprobarla. No hay condiciones por una elección que se anuncia difícil.
En el Senado, el balance de las legislaturas 62 y 63 es positivo para la mayoría. Nos asomamos a la última sesión. Fue emotiva. Hablaron todos los coordinadores parlamentarios.
El clima en la sesión del adiós fue de civilidad. Se guardó un minuto de silencio por los cinco legisladores que murieron en funciones: la muy querida Mónica Arriola, Alonso Lujambio, Manuel Camacho Solís, Braulio Fernández y Luciano Borreguín.
- La mayoría de los senadores destacan las llamadas reformas estructurales como el mayor avance de las legislaturas.
“Logramos, en estas legislaturas, aprobar la agenda de reformas más grande y compleja en toda la historia de nuestro país”, dijo Gamboa.
Mencionan también, como lo hizo el coordinador panista, Fernando Herrera, logros en materia electoral: hay candidatos independientes y posibilidad de reelección de alcaldes y legisladores. Se avanzó en atención a víctimas, desaparición forzada, equidad de género y transparencia.
La Reforma Educativa es la más elogiada por los legisladores en tribuna y en charlas en corto, salvo en el bloque PT-Morena. Acabó con vicios como la herencia de plazas y el sistema de premios y castigos a maestros subordinados a la CNTE. Obliga a los mentores a evaluarse para superarse.
Las posturas frente a la Energética fueron condicionadas por la posición de cada legislador en el tablero político nacional.
La ventajas reconocidas a la derecha y al centro son las inversiones que atrajo. Las críticas que se registraron derivan de las falsas promesas de sustanciales bajas a los combustibles y a la electricidad. No se produjeron.
En la de Telecomunicaciones hay que reconocer que eliminó el carísimo roaming y la factura bajó.
- Uno al que nada le gustó fue a Manuel Bartlett, coordinador del bloque PT-Morena. ¿La Educativa? Orientada a la privatización. ¿La Energética? “Entrega del petróleo” a empresas privadas y extranjeras.
¿Telecomunicaciones? “Favorable a los grandes oligopolios”. ¿Ley Chayote? No elimina la discrecionalidad ni la compra de medios y así con la fiscal, laboral y todo lo demás.
Y así…