El mundo se le viene encima al Presidente por su política de “abrazos, no balazos”. El fracaso de esa extraña estrategia de no usar la fuerza del Estado contra matones de niños y mujeres ya es material de moneros, editoriales y comentarios que no favorecen la imagen del país.
Y es que nomás no da resultados. Hasta las estadísticas oficiales reflejan que 2019 se perfila como el año más violento desde que se llevan las cuentas de los asesinatos. No pudo dar resultados a los seis meses como prometió en abril pasado. Ahora pide un año más para resolver el problema de la inseguridad. Ya se dio cuenta que una cosa es hablar desde la oposición y otra tener el problema bajo su responsabilidad.
La realidad no le da tregua. Minatitlán, Coatzacoalcos, Aguililla, Iguala, Culiacán, Tonalá, LeBarón. El ambiente está tan descompuesto que el mismísimo presidente Trump le ofreció ir juntos a LA GUERRA –así, en mayúsculas—contra el crimen organizado.
Pero él no quiere balas. No van con su plan. Rechazó la ayuda. Está convencido de que el uso legal de la fuerza es cosa de los conservadores. “Estamos llevando a cabo una política distinta, porque la política que aplicaron durante 36 años resultó un rotundo fracaso. Causó mucho daño, mucha tristeza, muchos muertos”, dijo ayer en la mañanera.
Lo que no dijo es que hoy hay más muertos que en los años anteriores y que no se ve cómo vaya a cambiar la tendencia. Por más que insistan en que hay un “punto de inflexión”.
*A los diputados federales de Morena y sus aliados les faltaron dos votos para cometer una felonía que está incluida en la Ley de Instituciones de Crédito o Ley Nieto.
Querían otorgar a la UIF de la SHCP la facultad de congelar cuentas y extinguir los recursos de usuarios, cuando haya presunción de financiamiento al terrorismo o sospecha de operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Pero los equilibrios funcionaron. Mario Delgado perdió la votación. Diputados del PAN, PRI, MC, PRD y algunos de Morena votaron a favor de la reserva presentada por la diputada Lidia García, del partido en el gobierno, que impedía empoderar aún más a la UIF.
Mario subió a la tribuna a gritonearle a la presidenta de la Mesa Directiva, la panista Laura Rojas, porque según él había cerrado el tablero electrónico apresuradamente.
Y se vino el borlote. Diputados Morena siguieron el ejemplo de su coordinador y se treparon a la tribuna. Se toparon con panistas que subieron a defender a Rojas. Jaloneos, empujones, gritos… hasta que se decretó un receso.
El atorón impidió el debate de la reducción del 50 por ciento a los partidos que tampoco le pinta bien a Morena. Hasta sus aliados del PT y del PVEM, que se quedarían casi en la quiebra, irán en contra si no le hacen cambios.
*Morena vs. Morena. Ahora en el Congreso de la CDMX. Hoy subirá a tribuna un punto de acuerdo promovido por el diputado Rigoberto Sandoval, exdelegado de Tláhuac, contra del oficial mayor, Alfonso Vega, cercano a Guadalupe Morales, presidenta de la Comisión de Presupuesto.
El texto exhorta a la Contraloría del Congreso a investigar omisiones de Vega durante el proceso de licitación referente a la adquisición de uniformes y calzado para el personal de base.
Sandoval solicita que, en su caso, se impongan las sanciones necesarias a implicados en la violación de los procedimientos de adquisición.
*Los periodistas críticos a la 4T pueden respirar tranquilos. López Obrador dice que no los ve como enemigos, sino como adversarios. ¡Qué alivio!
En la mañanera de ayer, ante la pregunta de Silvia Chocarro, integrante de la Misión Libertad de Expresión, el Ejecutivo negó haber atacado a periodistas.
“Nunca he utilizado un lenguaje que estigmatice a los periodistas, yo quiero estigmatizar a la corrupción, aquí lo que hay siempre es un diálogo circular”, dijo.
Chocarro le recordó el señalamiento a Carlos Loret de Mola de que “miente como respira” y la cita de Gustavo Madero, para quejarse de las críticas: “Les quité el bozal y me muerden la mano”.
¿Eso no es estigmatizar?