Morena es un movimiento plural. Dadas esas características, la democracia participativa fluye para quienes, por decisión propia, busquen competir por algún puesto de elección popular. De hecho, ha sido el caso de muchos perfiles que, a la postre, se han convertido en legisladores o gobernadores de muchas entidades federativas. Para muestra el proceso interno para la coordinación, lo mismo que para nueve puntos estratégicos que, hace unos días, definieron a quienes serán sus abanderados. El propósito es claro: abrir el compás, particularmente a la población en general, que puede aportar mucho a la causa lopezobradorista.
El único derecho, claro está, es sujetarse a los mecanismos de elección que marcan los estatutos internos de Morena. Con esa premisa, innumerables perfiles han levantado la mano para ir en busca de una posición, luego de que Morena lanzara la convocatoria interna. Y, como en algunos casos hemos dado seguimiento, llama poderosamente la atención la participación activa de hombres y mujeres, considerando el equilibrio que marca las normas internas del INE.
Entonces, luego de la divulgación de las normas para distintos puestos de elección, los perfiles se asoman. Y no solamente activistas, liderazgos de la sociedad y cuadros competitivos, sino también fundadores del movimiento. Gente que, desde su gestación, construyó los cimientos para darle vida orgánica, con el fin de abrazar las demandas que aquejan a la población civil y, de paso, convertirse en una alternativa progresista o, dicho sea de paso, como el motor para impulsar una agenda que priorice las necesidades de los más necesitados.
En Michoacán, por ejemplo, se dio una manifestación importante que contribuyó a la génesis del partido. Se constituyeron todas las asambleas distritales y, con ello, el movimiento tomó vida. De hecho, siguen trascendiendo figuras fundadoras que, con el paso del tiempo, se han consagrado como liderazgos. Hablamos de muchos referentes locales y regionales. Uno de ellos, claro está, Myriam Martínez, que durante este periodo ha compartido esa entrega y dedicación a la causa lopezobradorista. Incluso, a lo largo de ese lapso como militante y fundadora de Morena, ha enfrentado dos procesos electorales encabezados por ella.
Eso explica el liderazgo y la competitividad que ha ido acumulando durante todos estos años. De hecho, en el pasado proceso estuvo muy cerca de llevarse la diputación federal por el distrito 08. Es más, la votación, con la sola marca de Morena, fue potencialmente superior a cualquier fuerza política. En pocas palabras, su proporción equivale al mayor promedio de votos. De ese modo, superó toda expectativa y, de paso, mostró la fuerza y el capital político para este tipo de coyunturas electorales.
Debido a la alianza del Frente Amplio, el margen de diferencia se acotó y, al final de cuentas, Myriam fue superada por muy poco margen. El punto es que, con un solo partido, fue capaz de poner a Morena al filo del triunfo electoral. De igual forma, eso expone la importancia de las dirigencias nacionales y locales para sellar la coalición Juntos Haremos Historia. Si eso hubiese pasado, las condiciones serían distintas. Por lo tanto, no pueden darse el lujo de pactar, sumas parciales que, en definitiva, cambiaron drásticamente la proporción legislativa y, con ello, la agenda de prioridades en San Lázaro. De hecho, se limitó mucho a consecuencia de ello.
Por esa razón, Morena tiene una oportunidad inmejorable en este proceso que se avecina, primero, para corregir algunos errores que, a la postre, provocaron pérdida de espacios claves para el legislativo federal. En vista de ello, otro de los puntos que- de igual forma nos ha quedado claro- es la competitividad y el trabajo de base de fundadores del movimiento. Myriam Martínez, por ejemplo, es un perfil que, durante todos estos años, tiene una identificación muy fuerte con los cuadros que constituyen el partido. Y no solamente con las bases, sino con la población en general.
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Siendo así, seguramente tomará la determinación de competir por un puesto de elección en el proceso interno de Morena. Se habla, incluso, de una diputación local o federal. Eso dependerá, claro está, del equilibrio que exista en la selección del perfil. Es decir, si toca hombre o mujer. Luego de definir esa situación, es un hecho que levantará la mano y, con todos los resultados que ha logrado hasta ahora, Myriam Martínez se perfila como una de las favoritas por ser, ni más ni menos, un liderazgo y una de las mujeres de mucho nivel para competir.
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