Por: Enrique Rivera Hernández.
En días pasados se presentó en Palacio Nacional la nueva estrategia educativa para dar inicio al ciclo escolar 2020- 2021; ello como consecuencia de los incesantes contagios que se presentan día a día de la enfermedad Covid–19 en nuestro país.
Dicha estrategia, se plantea ante la imposibilidad y el riesgo de la asistencia presencial para los y las alumnas así como las y los maestros en centros educativos, se utilizarán diversos medios de comunicación masiva como son la radio y la televisión a partir del día 24 de agosto, todo ello en colaboración con televisa, televisión azteca, grupo imagen, grupo multimedios, canal once y diversas estaciones de radio que primordialmente desarrollarán contenido educativo en lenguas indígenas.
La estrategia, aunque con muchas posibilidades de mejora para el beneficio de las comunidades es una estrategia sin precedente en nuestro país, pues se requirió de la inimaginable suma de voluntades particulares, públicas y de partidos políticos; ya que no es menor buscar atender a 30 millones de estudiantes inscritos en 16 grados escolares repartidos en los diferentes niveles educativos como son; inicial, especial, preescolar, primaria, secundaria y bachillerato, en donde según datos presentados por Moctezuma Barragán, “se transmitirán más de 4 mil 550 programas de televisión y 640 de radio en 20 lenguas indígenas, acordes con los planes de estudio”.
Así mismo el secretario de educación a nivel nacional expuso, “no son transmisiones de entretenimiento, tendrán validez oficial, las clases tendrán valor curricular y los estudiantes serán evaluados sobre sus contenidos en su momento”, lo cual quiere decir que los maestros y maestras del país estarán trabajando prácticamente de manera particular y casuística con sus alumnos en cuanto al seguimiento de las clases, por supuesto dando un voto de confianza a la responsabilidad compartida con la institución familiar, pues mientras los maestros dan seguimiento, en casa tienen que asegurar que los niños y los adolescentes tomen de manera correcta esta nueva estrategia, es decir que está estrategia requiere de un compromiso serio en un sentido social, pensando en el desarrollo del bien común desde la educación a partir de la pandemia.
Ello sin dejar de considerar los datos emanados desde el INEGI en la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de Información en los Hogares (ENDUTHI) realizada en el año 2019, donde se expone que 17% de los hogares en el país no cuentan con televisión, proporcionando también un análisis acerca que el 92.5% de la población urbana sí cuenta con este medio, así como el 85% de la población en las comunidades rurales.
Evidentemente como una estrategia emergente tendrá muchas oportunidades de subsanar dificultades que puedan ir surgiendo, sin embargo no se puede dejar de considerar el dicho del presidente al exponer “ esto no se está llevando a cabo en ningún país, somos pioneros, estamos iniciando este sistema que seguramente ayudará para atender en otros países esta emergencia de no exponer a los niños, a las niñas, a los padres” así como tampoco se puede dejar de considerar que en ningún sexenio anterior de la historia moderna en nuestro país se había expuesto desde el palacio nacional “los maestros y maestras son pilares insustituibles en la educación”.
Queda de manifiesto el compromiso con la educación pública por parte de los maestros y maestras de diferentes regiones del país, pues sean hecho virales diferentes estrategias que han implementado de manera comprometida y casi intuitiva, con la finalidad de dar seguimiento a sus alumnos.
Por mencionar solo algún ejemplo han ido a las comunidades a dejar las tareas en la puerta de la escuela y posteriormente pasar a recogerlas entregando las ya revisadas anteriormente, así como llevar la atención educativa casa por casa en paquetes; sin duda este proceso planteado en la nueva estrategia es únicamente de enseñanza, en donde el proceso de enseñanza-aprendizaje queda un poco en el limbo, mostrando la importancia de las clases presenciales, de la aplicación de diversos planteamientos pedagógicos, así como las modificaciones sociológicas educativas que se están viviendo en estos tiempos de covid-19, dibujando lo planteado por Giovanni Sartori en el Homo videns: la sociedad teledirigida.
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